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Partimos de puntos de referencia que nos sirvió para ello la primera ligadura a través del surco, y siguiendo siempre las curvaturas mayores, abrimos un saco y otro. Examinando el contenido del rumen, a partir de este punto, realizamos el tránsito hacia el retículo, vamos dejando al descubierto cada una de las porciones de este estómago y del retículo pasamos al omaso o librillo. Variantes de esta técnica, a partir de aquí se puede continuar hacia el abomaso, estómago glandular o bien desde el píloro y siguiendo también la curvatura mayor, abrir este órgano hasta su unión de encuentro con las porciones tegumentarias. Retirado el contenido, se favorece la inspección de la mucosa de las diferentes partes, tanto de la porción tegumentaria como del estómago glandular de rumiante.