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En un rincón tranquilo del Pueblo Norte, Papá Noel, tiene otra tarea. Aquí frente a una pantalla revisa una lista distinta que no esté juez ni cartas sanadoras, sino de mensajes de estudiantes que enfrentan dificultades. Cada correo le recuerda que la Navidad es más que luces ilegales, es esperanza, ha llegado la hora, sus manos, y no dudan; se ponen los guantes apresuradamente tomando un regalo envuelto y sale decidir, porque para tapar el nadie debe quedarse sin un poco alegría en esta vida. La atención social de la Universidad de Murcia ayudamos a estudiantes que por dificultades socioeconómica tienen problemas para continuar con su lectura en clave de nuestra unidad. Asesoramos, orientamos y dotamos con ayuda para diferentes datos derivados del estudio. Si no es una universidad para todo, no es la universidad. La frase central se movió por dentro y creo que no somos universidad. Si dejamos atrás a personas que quieren aportar conocimiento y ser profesionales, teniendo una parte importante de esa parte de un poquito esa nómina o la calidad de vida, pero creo que en eso se basa la solidaridad y el humor, delegar a apoyar a todas las estudiantes, porque al final era el que incentivar el uso de drogas. Es muy importante que sepamos que detrás de cada una de nuestras ocupaciones, en la historia de vida, de un estudiante y gracias a nosotros para poder continuar sus estudios haciendo posible que la universidad se convierta en un ascensor social sobre una universidad pública en la región, y tenemos que garantizar el futuro a las personas que viven en entornos cada mes, 5 euros al ciudadano y social, eso supone 60 euros, pero que además la vivienda me devuelve 48, tal manera que cada mes solamente pagó un euro y con ese euro y con todas las donaciones que hemos hecho notar antes de acción social hemos sacado para las becas de 250 días de crisis no, no habrían salido. Yo no. Años antes nuestras llamadas becas a ciertas ellos de esa enmienda es mala. Nuestra tesis que yo. La inversión.