Hola, mi nombre es Eva Casanova y este es
el Módulo de Formación para Voluntariado
Universitario de Apoyo a Alumnado con
Discapacidad o Diversidad Funcional.
La persona que realiza labores de voluntariado,
el voluntario o la voluntaria,
son aquellas personas que prestan parte de su tiempo
en colaborar o realizar tareas a favor
de alumnos que así lo necesitan.
El Servicio de Atención a la Diversidad y Voluntariado (ADyV)
de la Universidad de Murcia tiene entre sus
labores el gestionar este tipo de voluntariado,
de forma que ofrece una respuesta a los alumnos con
Necesidades Específicas de Apoyo Educativo
o con Discapacidad de la propia Universidad.
Este módulo, este material formativo pretende
acercar al alumnado una serie de conceptos
para llevar a cabo estas tareas de voluntariado.
Una serie de contenidos a través de los cuales veremos
las características del alumnado con
diversidad funcional, las ayudas disponibles,
cuáles son las actitudes y las pautas
a seguir con este tipo de alumnado
y cómo atender a las necesidades de las
personas con diversidad funcional o discapacidad.
En primer lugar, veremos la Discapacidad
Auditiva. Las personas con discapacidad
auditiva presentan una alteración total
o parcial de la función auditiva.
Esta alteración puede determinar el acceso a las
informaciones sonoras del medio físico y social.
En cuanto al perfil del alumnado,
podemos encontrarnos alumnos signantes de
Lengua de Signos Española; alumno hipoacúsico,
que necesita de audífonos o de lectura labial
para apoyarse y acceder a la información;
alumnado sordo con un implante coclear.
En cuanto a los grados, podemos encontrarnos, en
función de sus habilidades, distintos tipos de
hipoacusia o de sordera. En primer lugar, la leve
o ligera, la media, la severa y la profunda.
En cuanto al momento de aparición, podemos encontrar
discapacidades auditivas prelocutivas cuando
aparecen previa a la adquisición del habla
o el lenguaje y porlocutivos cuando en
la discapacidad auditiva aparece después de
adquirir el lenguaje.
En función del lugar de la lesión, podemos encontrarnos
sordera de transmisión o sordera perceptiva.
En cuanto a las ayudas y recursos, los más
frecuentes serían el audífono, el implante coclear,
la lectura labial y la Lengua de Signos Española.
En cuanto al audífono, es una ayuda técnica.
Consta de un micrófono, un amplificador
y un receptor, por el cual el alumno puede
acceder a la información oral de su entorno.
El implante coclear es un aparato que lo que
hace es transformar las señales acústicas
en señales eléctricas y así poder
estimular el nervio auditivo.
La lectura de labios es la interpretación visual
de los movimientos labiales de la cara y de la lengua.
Y, por último, la Lengua de Signos Española (LSE)
es una lengua signada con la cual
se comunican los alumnos sordos.
En cuanto a las pautas en la discapacidad
auditiva, es importante tener en cuenta
que las personas sordas no son sordomudas.
Este término puede llegar a incomodar a los alumnos
o a las personas sordas puesto que no significa
que padezca una sordera que sea mudo.
O sea que ellos son capaces
de comunicarse por medio de otras alternativas.
Además, la lectura labial es una habilidad
con lo cual no todos los alumnos saben.
Y, además, no todas las circunstancias o los contextos
son propicios para poder realizar una lectura labial.
Por ello, a la hora de tratar con alumnado
con discapacidad auditiva
existen una serie de recomendaciones.
De todas formas, no obvian el
conocimiento individual del alumno,
por lo cual han de tomarse como recomendaciones generales.
En primer lugar, debemos hablar despacio,
claro y vocalizando, en un tono de voz normal.
En segundo lugar, es importante que
utilicemos gestos de apoyo.
La información gestual es un gran apoyo a la hora
de aportar información y no es necesario,
no somos intérpretes pero sí podemos apoyarnos por
medio de estos gestos faciales o con las manos.
También es adecuado no intentar que el alumno
atienda a dos estímulos diferentes a la vez
puesto que, si está apoyándose en la lectura de labios,
el visualizar otro estímulo pues se complica.
Con lo cual, es adecuado primero comunicarse y
luego señalar lo que queramos que la persona atienda.
El rostro debe ser siempre fácilmente visible,
por eso no debemos de taparnos la cara o girarla
o tener objetos que tapen la boca, para que
el alumno pueda leer los labios
y apoyarse en los gestos de nuestro
rostro para recibir la información.
Evitar tener objetos en la boca, señalar las cosas
y, también, a la hora de relacionarnos y a la
hora de dirigirnos a una persona
con discapacidad auditiva es importante
captar primero la atención de esa persona.
Podemos tocarlo solamente en el hombro o
en la pierna y luego dirigirnos hablando hacia él.
También podemos utilizar mensajes de texto o de
WhatsApp para poder comunicarnos vía telefónica.
Pasamos a la Discapacidad Visual.
En cuanto a la discapacidad visual,
podemos encontrarnos dos tipos.
En primer lugar, alumnos ciegos, con lo cual
el acceso a la información visual está limitado,
y con resto visual.
En primer lugar, los alumnos ciegos o invidentes
utilizarán ayudas técnicas de uso personal.
Además, es probable que realicen
acciones de una forma secuencial y más lenta
y que puedan precisar acompañamientos en
sus desplazamientos. Además, pueden aparecer
dificultades de orientación, tanto espacial como
en la movilidad.
Por otro lado, los alumnos con
resto visual son aquellos que
mantienen cierta capacidad de
visualizar imágenes aunque
pueden necesitar que se ajusten en su tamaño y
en el tipo de la letra, por ejemplo para acceder
a la información escrita y también ampliar
las imágenes. Puede aparecer una dificultad
en la percepción de las imágenes globales y
una reducción de la agudeza visual por fatiga.
Además, cada persona puede presentar
variaciones en este tipo de agudeza visual.
Por ejemplo, en la visión de determinados
colores, en la facilitación gracias al
alto contraste, negro sobre blanco o blanco
sobre negro, fatiga visual y ángulo visual.
En cuanto a las ayudas para la discapacidad
visual, hay varias ayudas que son utilizadas
por las personas con discapacidad visual.
Por parte de las personas ciegas o invidentes,
se utiliza el sistema braille.
El sistema braille es un sistema de seis
puntos en relieve que permite obtener
64 combinaciones diferentes y que es utilizado para
leer y escribir. Además, este sistema braille se apoya
en varias ayudas técnicas como son
la línea braille, la pauta y punzón
para escribir o en la máquina Perkins para
escribir igualmente en braille.
En cuanto a las ayudas y recursos, hay otra serie
de ayudas que pueden utilizar
como pueden ser la reproducción en relieve de imágenes,
que lo que se hace es una impresión en formato papel
con distintas texturas y volúmenes, de manera
que, mediante el tacto pueden acceder a las
principales características de esta imagen.
También bastones y otros accesorios para la
interacción y la movilidad. El bastón es a la vez
distintivo, protector e informador. Otros accesorios
posibles son las brújulas parlantes, las agendas
digitales, etc.
Es muy habitual que los alumnos con
discapacidad visual universitarios
utilicen su propio ordenador con lector de voz. En este caso,
programas lectores como, por ejemplo, el JAWS que
lo que hacen son software lectores de pantalla
para ciegos o personas con visión que trasladan
a voz todo aquello que aparece en la pantalla.
Otro tipo de ayudas pueden ser la Pacmate, que es
un dispositivo portátil con un teclado en braille;
la Lupa TV, que es un sistema de amplificación
de la televisión con una pantalla de 19
pulgadas se puede ampliar y obtener distintos
grados, colores, etc.; equipos de grabación
en audio; Reproductor Víctor; Daisy, de
manera que los libros Daisy pueden ser
escuchados en formato mp3. Recientemente se está
generalizando el uso de las tablets y el teclado
como bueno pues ayuda técnica para resto
visual dado que, bueno pues, tablets de tipo iPad,
gracias a su alta resolución y a su manejo táctil,
permiten una fácil ampliación de los contenidos.
En cuanto a las actitudes y pautas con alumnado
con discapacidad visual, es importante que
nos presentemos al iniciar una conversación.
Al dirigirnos a una persona con discapacidad
visual, debemos iniciar nosotros la conversación y
presentarnos. Preguntarle primero si necesita ayuda,
ofrecerle el brazo, no tomar a la persona por su
brazo sino simplemente ofrecérselo y la persona, si
la necesita, nos lo tomará y adecuar nuestra marcha
al ritmo de la persona.
También debemos colocarnos en el lado opuesto del bastón
y, cuando subamos o descendamos escaleras,
señalar la primera y la última.
Es decir, señalar, avisar el primer escalón
y último escalón. También debemos caminar un poco
por delante. Si se produce un estrechamiento,
colocar a la persona con discapacidad visual
un poco por detrás nuestra para que podamos
guiarlo. Si acompañamos en el coche, bueno pues
guiamos su mano a primero hacia la manilla y
después hacia el respaldo de la silla para que
la persona pueda disponer del espacio necesario
para poder sentarse.
Llamar por su nombre cuando te dirijas a
la persona si hay varios, si es un grupo,
si estamos hablando, para que la persona sepa que te
diriges a él pues podemos dirigirnos por su nombre.
a él pues podemos dirigirnos por su nombre.
Y también ayuda el cambiar los gestos por palabras,
de manera que, diferentes gestos que podemos
hacer pues puede acceder mediante la palabra.
También puede ser necesario
que permitamos que nos toque
la cara para así poder conocernos un poco más.
Es adecuado no utilizar intermediarios, de manera
que podemos hablar directamente con la persona
utilizando un tono normal de voz y evitando
ironías.
No tomar decisiones por ellos y, en caso
de que surja un obstáculo,
no debemos asustar
a la persona, simplemente alertar
mediante 'alto' o 'detente' para que la persona
pueda reaccionar y pararse.
Cuando nos vamos, también debemos
despedirnos e informarle de que nos vamos.
A la hora de mantener una conversación, podemos
y debemos escoger entornos adecuados
y, cuando estemos en un recinto o en una dependencia,
siempre es importante mantener las puertas y
las ventanas cerradas y mantener los objetos
y el mobiliario inmóvil, no cambiar las cosas de
sitio para evitar que haya obstáculos.
También, si movemos sus cosas, informarle de
cómo y dónde hemos guardado cada cosa
para que la persona pueda estar al tanto de los cambios.
Si vamos a comprar, podemos
facilitar que la persona toque el objeto y podemos
describírselo para que pueda conocerlo.
Si lo acompañamos al baño, pues debemos de
enseñar dónde están las distintas partes del baño,
dónde está el lavabo, dónde está el papel, donde está
la puerta para que conozca y
después esperar fuera.
En el caso de que de que queramos leerle algo,
hacerlo despacio y con suavidad.
Bueno, pasamos a la Discapacidad Motora.
En la discapacidad motora aparece una alteración
de la capacidad del movimiento, puede ser
permanente puede ser transitoria.
Implica que las funciones de desplazamiento,
de manipulación y bucofonatorias
pueden presentar ciertas alteraciones.
Además, las personas con discapacidad
motora pueden presentar características,
etiologías y necesidades muy diversas.
El origen de esa discapacidad motora puede
ser cerebral, espinal, muscular u óseo articular.
En cuanto a los tipos más frecuentes según su estiología,
podemos encontrarnos discapacidad
motora derivada de una parálisis cerebral,
derivada de espina bífida o de accidentes
o traumatismos, es decir, lesiones medulares.
En cuanto a las actitudes y pautas, tener en
cuenta que la presencia de una discapacidad
motora no implica que haya un déficit cognitivo.
Aunque aparezcan dificultades en funciones como,
por ejemplo, el habla, esto no significa que haya
algún tipo de déficit cognitivo, sino motor.
Siempre debemos intentar favorecer la autonomía y el
desarrollo personal. Procurar cuando hablemos
con una persona, por ejemplo, usuaria de silla de
ruedas, situarnos a la misma altura al conversar.
Así que, si podemos, debemos de sentarnos para
así poder estar a la misma altura.
Si caminamos, intentar adecuar nuestro ritmo
al ritmo de la persona que utilice silla de ruedas
o un andador o que ande más despacio y ayudarle
a transportar los objetos. También es adecuado
ofrecer ayuda únicamente si es necesario, si la
persona nos lo pide. Por eso, en general, con todas
las discapacidades es adecuado preguntar siempre
si necesita ayuda y esa persona nos lo dirá.
En cuanto al desplazamiento en silla de
ruedas, en primer lugar, podemos informarnos
sobre su manejo. La persona que utiliza la
silla es la principal experta, con lo cual
podrá informarnos adecuadamente de cómo
utilizarla. De todas formas,
hay unas pautas generales como no hacer
movimientos o giros rápidos y bruscos, priorizar
siempre el uso de ascensores e intentar
circular por suelos homogéneos y lisos.
Una vez parados, siempre debemos colocar
los frenos y levantar el reposapiés.
Bueno, pasamos a Discapacidades Psíquicas o
Mentales. En cuanto a la Enfermedad mental,
es un término muy amplio y agrupa varios tipos
de trastornos muy diferentes. Se puede definir
como una alteración de tipo emocional,
cognitivo y del comportamiento. Y pueden
aparecer características relacionadas con la
emoción, con la motivación, con la cognición,
la conducta, el aprendizaje, el lenguaje,
etc. En cuanto a las actitudes y las
pautas a seguir con alumnado o con personas
con enfermedad mental, es adecuado mantener el
contacto ocular, escuchar y creerle cuando nos
hable, hablar claramente con mensajes concretos
evitando ironías, respetar sus tiempos
de conversación y su estilo y, además, su
conducta y también respetar su expresividad
evitando la controversia y el enfrentamiento.
En cuanto a alumnado con Trastornos del
Espectro del Autismo o TEA, conocido como
Síndrome de Asperger, este tipo de alumnado
puede presentar un estilo cognitivo particular
y se puede caracterizar por tener
ciertas particularidades a la hora de
establecer sus relaciones sociales; por tener un
pensamiento lógico, concreto e hiperrealista;
por ser hipersensibles a ciertos estímulos;
y tener posibles dificultades lingüísticas con las habilidades
ejecutivas como, por ejemplo, la planificación
y la ejecución de ciertas conductas o con la
orientación. Además, pueden presentar gustos e
intereses marcados, entre otras características.
A la hora de relacionarnos con alumnado con
síndrome de Asperger, podemos invitarle a sumarse
a las actividades, es adecuado intentar dirigir
las conversaciones e iniciarlas y mantenerlas,
ayudarle a mantener las conversaciones,
también adaptar la comunicación a sus
necesidades, tratarlo con respeto, respetar su
forma de ser e intentar fomentar su autonomía
y su participación. También respetarlos
cuando quieren estar solos o alejados.
Otro tipo de alumnado es alumnado con
Trastornos Específicos del Aprendizaje.
Normalmente se conoce como Dislexia. En concreto,
son alumnos que pueden presentar dificultades con
la lectoescritura y/o con el cálculo. Estos alumnos
pueden omitir palabras, omitir letras, sustituir
unas letras por otras, unir y separar palabras
de una forma inadecuada, añadir letras, etc.
A la hora de tratar y ayudar a alumnado con
dislexia, podemos apoyar en la toma de apuntes
con préstamo de apuntes, facilitar el acceso
a la información si necesitan alguna
explicación o comprobación, facilitar que
utilicen los ordenadores con los correctores,
informarle y ayudarle con estrategias y técnicas
de estudio como señalar ideas principales,
secundarias, realizar esquemas, etc. Y también
evitar la corrección sistemática de sus errores.
Por último, alumnado con Trastornos por Déficit
de Atención e Hiperactividad.
Presentarían una dificultad a la hora de mantener la
atención voluntaria, por eso presentan
periodos de atención breve, inquietud,
falta de control de impulsos, conductas
impulsivas y, a veces, también cierta
inestabilidad emocional. Existen subtipos en
función del predominio inatento, predominio
hiperactivo-impulsivo o subtipo combinado.
Con esta alumnado es adecuado ayudarle a evitar
las distracciones y la concentración. Para eso
podemos utilizar notas recordatorias, ayudarle a
crear rutinas diarias, dividir las tareas para que
sea más fácil mantener la atención mientras
que las están realizando, fijar fechas y horas
límites para no alargar demasiado lo que son
las tareas, intentar trabajar siempre en un lugar
silencioso y utilizar sus propios intereses para
poder motivarle. También evitar el hacer varias
cosas a la vez, estímulos fuertes, ayudarle
en las tareas evitando las prisas y fomentar
la reflexión, anticipar los cambios y evitar los
enfrentamientos y mantener las normas de vida.
Como conclusión, bueno, es necesario,
como todos sabemos,
que las personas con discapacidad
tienen los mismos derechos
que cualquiera, entre ellos la educación, la participación social.
También es adecuado conocer, que nos molestemos en
preguntarle y en saber cómo desean ser tratadas. Esa persona
es la experta y nos podrá decir cómo desea o cómo le
gusta que la ayuden o cómo se le puede orientar.
Sobre todo, siempre intentar primar el
trato natural aprendiendo a usar pautas
generales pero siempre adaptadas a
la persona que tenemos delante.
Bueno, por último, agradeceros
vuestro interés en participar
siendo voluntarios en nuestro
servicio y daros las gracias.