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Vamos a proceder a la extracción de forma conjunta de los órganos del cuello y posteriormente, de los órganos de la cavidad torácica. En primer lugar, hay que tener en cuenta que para liberar toda la porción anterior del aparato digestivo y parte del respiratorio, hay que cortar adecuadamente para extraer la lengua. ¿Cómo se hace? Pues mediante dos cortes profundos que lleguen hasta el paladar. Y seguimos cortando la fascia faringea, a uno y otro lado, en un corte convergente la sincondrosis intermandibular. Liberamos la lengua y ya tenemos parte de este territorio liberado. No obstante, la maniobra no se ha terminado porque hay otra que es imprescindible, que consiste en cortar el hioides para poder desprender la lengua y poder continuar traicionando todo este complejo: lengua, laringe tráquea y esófago hacia la abertura craneal del tórax. Si no se procede al corte del hioides, va a ser muy difícil liberar este territorio porque nos va a impedir, sobre todo en los animales un desarrollo óseo del hioides muy pronunciado. A partir de aquí, vamos liberando la faringe posterior, esófago hacia la abertura craneal del tórax manteniendo traccionada la laringe y desplazando caudalmente ese conjunto de órganos del cuello.