Las articulaciones que se establecen
en la columna vertebral
afectan a diferentes niveles
a las vértebras.
Principalmente destacan las
articulaciones que se van
a establecer entre los cuerpos
de las vértebras,
son las sínfisis intervertebrales. Pero además
va a haber ligamentos
que van a vincular las vértebras
entre sus apófisis
uniéndolas a diferentes
niveles.
Vamos a describir esos ligamentos
hablando en primer lugar
de esa unión entre los cuerpos
de las vértebras adyacentes.
Esta unión
entre los cuerpos de vértebras
adyacentes, que es la sínfisis intervertebral.
La sínfisis interverterbal
la podemos observar
en estas preparaciones húmedas
donde hemos hecho un corte sagital
de una preparación de columna
vertebral de cerdo
y aquí tenemos un complejo de
tres de tres vértebras.
Se aprecia en esta sección sagital
que los cuerpos de las
vértebras adyacentes
se articulan interponiéndose
entre ellas un fibrocartílago.
Esto da lugar a que esta unión entre
la cabeza de una vértebra
y la fosa de la vértebra precedente,
se denomine como sínfisis intervertebral.
En la sínfisis intervertebral que es una
articulación poco móvil
como tal
sínfisis, se describe
un anillo fibroso
en la periferia y un núcleo central
gelatinoso
denominado núcleo pulposo.
En estas vértebras, donde por un
lado estamos viendo esa sínfisis abierta,
se observa perfectamente la
morfología del disco
o anillo fibroso
en esa sínfisis, es periférico, es
un tejido cartilaginoso
y en el centro tenemos
el núcleo pulposo,
núcleo gelatinoso que no llega nunca
a osificar y que en los casos
de las típicas hernias discales implican
un desplazamiento
de este núcleo pulposo fuera
de su alojamiento normal.
Cuando se desliza hacia
el canal vertebral y comprime
la médula genera el típico
dolor de hernia discal.
Además de esta sínfisis intervertebral
que estará en toda la columna
vertebral
tenemos que hacer mención
a los ligamentos
que se establecen entre las
vértebras a otro nivel.
Tenemos ligamentos entre
las apófisis espinosas.
Son los ligamentos interespinosos.
También tenemos ligamentos
que se establecerán entre
los espacios interarcuales.
Son pequeños ligamentos,
difíciles de apreciar
en esta preparación.
Se denominan ligamentos amarillos,
son los que cierran los espacios
interarcuales.
También tenemos ligamentos entre
las apófisis transversas.
Como se aprecia en esta preparación,
las apófisis transversas de las vértebras
lumbares quedan vinculadas por
estos ligamentos intertransversos.
Además de estos ligamentos
entre apófisis,
tenemos una serie de ligamentos
que van a unir las vértebras
de manera longitudinal
proyectándose a lo largo de
diferentes segmentos vertebrales.
Hacemos mención, en primer lugar, al
ligamento longitudinal ventral
y al ligamento longitudinal dorsal.
El ligamento longitudinal ventral
como se aprecia en este bloque de
vértebras del cerdo, vistas
por el lado izquierdo en este
caso, es un ligamento
este longitudinal ventral que
recorre ventralmente
los cuerpos vertebrales.
Este ligamento longitudinal ventral
se va a poder localizar
desde el promontorio del sacro hasta
las últimas vértebras torácicas.
Recorre ventralmente los cuerpos
de las vértebras lumbares
y las últimas vértebras torácicas.
Desde la octava-novena
hacia la decimotercera en
el caso del perro.
En sentido dorsal a este ligamento
que acabamos de describir,
está el ligamento
longitudinal dorsal. Y este ligamento
recorre los cuerpos vertebrales
por encima, dorsalmente a los cuerpos.
Ahí los tenemos.
Al haber abierto el canal vertebral
retirando el arco,
se aprecia el ligamento
longitudinal dorsal.
Un ligamento que desde el sacro
recorre dorsalmente el canal vertebral
pegado a los cuerpos
de las vértebras
hasta llegar a nivel de
las dos primeras,
hasta llegar a la articulación
atlantoaxial y atlatooccipital
donde va a cambiar de morfología.
Tenemos finalmente un ligamento,
también largo,
que recorre las apófisis espinosas
en su vértice. Es el ligamento
supraespinal. El ligamento supraespinal
se origina también
o se inicia podemos decir
en la parte de las vértebras,
en los segmentos lumbares
y lo vemos proyectado también
en las vértebras torácicas.
Hay que precisar que este ligamento
supraespinal, al llegar
a las primeras vértebras torácicas,
va a cambiar de nombre
y pasa a llamarse ligamento
de la nuca.
Este ligamento de la nuca,
continuación de ligamento supraespinal,
va a ser encargado de fijar desde
la región de la cruz
la región de la dorsal a las cuatro
o cinco primeras, entre la cuarta
y la quinta vértebras torácicas,
ese ligamento
fije esa región de la cruz con
la nuca. Se aprecia bien
este ligamento aunque
no es continuo,
falta un pequeño fragmento que lo
una a la cara nucal del occipital,
pero si se ve su proyección desde
la región de la cruz
mediante un cordón, un fascículo
que se denomina el cordón de la nuca.
El cordón de la nuca. Este
cordón de la nuca
que une a la región occipital
es de gran desarrollo
en las grandes especies, sobre todo
en el caballo y en la vaca
donde contribuye a sujetar en gran
medida el peso del cuello
y de la cabeza fijándolo desde
la región de la cruz.
En este ligamento de la nuca
no sólo está el cordón,
también hablamos de una porción,
laminar, la lámina de la nuca.
Esa lámina de la nuca son
expansiones fibrosas
laminares, que
desde el cordón
se fijan a las apófisis espinosas de
las vértebras cervicales
y también de las primeras torácicas.
Este ligamento de la nuca con su
porción funicular o cordón
y su porción laminar o lámina,
no se presenta en el cerdo,
tampoco en el gato y en el
perro solo se describe
como un una porción funicular, un
cordón que desde esa región
de la cruz se va a fijar
terminará sobre la apófisis espinosa del axis.
No llega a la cabeza,
termina en el axis.
Terminamos esta referencia a las
articulaciones de la columna
vertebral centrándonos en la región,
atlantooccipital y atlantoaxial.
Estas articulaciones, atlantooccipital y atlantoaxial,
axial presentan una anatomía
particular distinta
a las de las restantes vértebras
porque los movimientos a ese nivel
son mucho más especializados
y diversos.
La articulación atlantooccipital
se establece, como se aprecia
en esta preparación ósea,
entre el atlas, concretamente con
sus foveas articulares craneales,
y los cóndilos del occipital. Es una
articulación sinovial
elipsoidea que lleva
a tener movimiento
principalmente de flexión y
extensión, lo que corresponde a la depresión
y a la elevación de la cabeza.
Comúnmente, aunque es más un término
de anatomía humana,
se le denomina la articulación del
'Sí' por estos movimientos de depresión
y elevación de la cabeza. La
siguiente articulación es la
atlantoaxial. Esta atlantoaxial
se establece entre la fovea
articulares, caudales del atlas
y las apófisis articulares craneales del axis.
Interviene, además, el
diente del axis.
El diente del axis que apoya
sobre la cara dorsal del arco
ventral del atlas.
Esta articulación es de tipo trocoideo
implica una rotación del atlas
lateralmente respecto al eje
central del diente del axis.
Esa rotación que pivota sobre
el diente del axis
es una articulación trocoidea que
comúnmente se conoce
como del 'No', ya que genera
desplazamientos
de la cabeza a ambos lados.
Estas articulaciones atlantoaxial
y atlantooccipital presentan
cápsulas articulares, amplias, aquí
queda parte de esa cápsula
que hemos mantenido. Es una
cápsula fibrosa
que está reforzada dorsalmente
y también lateralmente
mediante refuerzos que se consideran
como ligamentos capsulares. Refuerzos
de la propia cápsula. No obstante,
los principales refuerzos ligamentosos
se establecen internamente.
Será este ligamento
pintado aquí de verde, que es la
continuación del ligamento
longitudinal dorsal, el que
a este nivel va a unir
el diente del axis al atlas.
Aquí se denomina ligamento
longitudinal
del diente, ya no ligamento
longitudinal
dorsal. Este ligamento longitudinal
del diente fija
el diente al arco
ventral del atlas y algún
fascículo también
aunque no están esta preparación,
salta hasta los cóndilos del occipital,
son los fascículos denominados
pseudoalares.
Mostramos también esta articulación
o estas articulaciones en el perro.
En esta preparación, donde
hemos provocado
una apertura del arco vertebral
en el axis
y en el atlas, se aprecia cómo el
ligamento longitudinal dorsal
llega a nivel de la articulación
atlantoaxial
y salta uniendo el diente al atlas.
Incluso se aprecian los fascículos
que llegan hacia los cóndilos del occipital.
Ligamento, que en este caso
se llama ligamento del vértice del
diente y los fascículos alares
que llegan a los cóndilos. Un
ligamento adicional propio
de los carnívoros
lo diferencia del caballo.
Es este ligamento
que a modo de puente transversal
abraza dorsalmente el diente.
Es el ligamento transverso
del atlas. Ligamento que
sujeta, que abraza el diente
y lo fija en su posición.
Cualquier lesión que implique a
este ligamento transverso
puede provocar una compresión
medular del diente
sobre la médula espinal.