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Para la exposición y examen de las vísceras abdominales hay que practicar varios cortes. Uno de ellos sería el corte principal por la línea media abdominal desde el esternón hasta la sínfisis púbica. Localizando el peritoneo, procedemos a la incisión principal que puede practicarse, bien con este instrumento que estamos empleando aquí en este momento que es un enterótomo, con el cual evitamos la perforación de las asas intestinales. En caso de no disponer de esta herramienta, el propio cuchillo guiado por los dedos que van a servir a modo de guía y protege, de esta manera, la perforación de las vísceras abdominales, en concreto, el intestino. Efectuada la incisión principal, se procede a un examen topográfico in situ de la cavidad, para apreciar si existe alguna alteración digna de reseñar. Y una vez realizada, pasamos a los cortes accesorios retrocostales. Y estos cortes, como digo, van desde el esternón, siguiendo la línea de los arcos costales, hasta las vértebras lumbares. Uno y el simétrico. Como se ve, son dos cortes cranealmente convergentes en el esternón. El primer órgano que hay que extraer de la cavidad abdominal es el bazo. No presenta ninguna dificultad, simplemente cortar sus conexiones vasculares y separarlo del resto de las vísceras. Por tratarse de un animal monogástrico, la extracción del paquete gastrointestinal, se hará en un tiempo para lo cual vamos a realizar dos ligaduras dobles, una, a la altura del cardias y otra en el recto. Localizamos el cardias y vamos a hacer una ligadura doble. Localizamos el recto avanzando lo máximo que podamos dentro de la cavidad pelviana para desplazar el contenido. y hacemos la misma operación que en el caso del cardias, doble ligadura para cortar entre ambas. Cortamos el territorio apropiado, la del recto y la del cardias. Desconectamos el estómago del resto de los órganos vecinos y simplemente por tracción, extraemos el bloque completo. Al ser un monogástrico, la extracción la hemos hecho en un tiempo en dos ligaduras y un paquete gastrointestinal completo. Para la extracción del hígado, procedemos a su desconexión con el resto de los órganos que lo limitan y lo extraemos de la cavidad abdominal.