Idioma: Español
Fecha: Subida: 2012-06-27T00:00:00+02:00
Duración: 6m 42s
Lugar: Espinardo - Facultad de Veterinaria - Museo Anatómico Veterinario
Lugar: Videotutoriales
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Esqueleto del miembro pelviano en équidos: tibia y peroné

Anatomía veterinaria: aparato locomotor

Transcripción

La tibia y el peroné son los huesos que integran la base ósea de la pierna. Aquí podemos observar la posición de la tibia como principal hueso de la pierna y del peroné, muy rudimentario en el caballo. La tibia, como vemos en el esqueleto en posición de estación, presenta una inclinación disto-caudal. Su extremo distal está en posición caudal con respecto a su extremo proximal. Se trata también de un hueso largo con una epífisis proximal relacionándose con el fémur y una epífisis distal relacionándose con los huesos ya del tarso del pie. Para estudiar un poco en detalle estos huesos de la pierna, vamos a recurrir a una tibia también del lado derecho, aislada del esqueleto, que matenemos en su posición. Como vemos, se trata de un hueso largo donde en la epífisis proximal vamos a identificar como accidentes principales los cóndilos de la tibia, que se observan con más claridad en una visión desde el proximal. Aquí observamos la posición del cóndilo lateral de la tibia y el cóndilo medial de la tibia. Son cóndilos con una superficie más o menos plana. Entre ambos cóndilos observamos cómo existe una zona de hueso elevada, es lo que conocemos como la eminencia intercondilar. La eminencia intercondilar está integrada por dos elevaciones que son los tubérculos intercondilares. El tubérculo intercondilar lateral y el tubérculo intercondilar medial, bastante más proyectado, de mayor altura. Entre ambos tubérculos intercondilares, podemos distinguir distintas áreas o depresiones que ocupan esta zona central de la tibia entre ambos cóndilos. En concreto, se describe un área intercondilar craneal dividida en dos porciones. Aquí la marcamos, el área intercondilar craneal. Y que corresponden a las fijaciones de los ligamentos meniscales craneales. Entre ambos tubérculos intercondilares nos queda el área intercondilar central. Es el punto de fijación del ligamento cruzado craneal. Finalmente, se describe en la zona más caudal el área intercondilar caudal y que corresponde con la fijación del ligamento meniscal caudal medial. Además, entre los cóndilos lateral y medial de la tibia, queda una escotadura que, por su posición caudal a la rodilla, recibe el nombre de escotadura poplítea. Y que es el punto de fijación también de otro ligamento como el cruzado caudal o el ligamento meniscal caudal lateral. Si observamos el cóndilo lateral en su aspecto más lateral, podemos identificar la superficie articular peronea. Es la zona donde se va a articular con el peroné. Además, si dirigimos la atención ya hacia el cuerpo de la tibia, vemos cómo se trata de un cuerpo con forma triangular. Una forma triangular donde identificamos un borde craneal, un borde lateral y un borde medial. Esta forma triangular viene dada por la presencia de la tuberosidad de la tibia. Esta elevación dispuesta cranealmente. La tuberosidad de la tibia, en el caso del caballo, está surcada por esta hendidura, esta depresión que se conoce como el surco de la tuberosidad de la tibia y corresponde a la fijación del ligamento rotuliano medio. Los ligamentos rotulianos lateral y medial también terminan fijándose aquí en la tuberosidad de la tibia. Además, entre la tuberosidad de la tibia y el cóndilo lateral, podemos observar otra escotadura que corresponde a la escotadura extensora, por donde tiene su trayecto el tendón extensor digital largo y el tendón tercer peroneo. La cara caudal de la tibia, del cuerpo de la tibia, está marcada por distintas líneas que corresponden a la fijación de músculos que se topografían ahí caudalmente, como es el caso del músculo poplíteo. Distalmente, la tibia termina en la cara articular para recibir a los huesos del talo, en concreto podemos observar ahí los surcos para recibir al hueso astrágalo o hueso talo, a los labios de ese hueso talo. Es lo que conocemos como la cóclea de la tibia. A ambos lados de esa superficie articular podemos identificar los maléolos, tanto lateral como medial de la tibia. Son estas dos elevaciones dispuestas a ambos lados, repito, de la superficie articular para el tarso. Finalizamos nuestro estudio con el peroné. Como vemos, se trata de un hueso rudimentario que apenas tiene desarrollo. Su cabeza se articula con el cóndilo lateral de la tibia y su cuerpo, como vemos, va progresivamente estrechándose para terminar en el tercio medio de la pierna. Entre ambos huesos queda un espacio que conocemos como el espacio interóseo de la pierna.

Propietarios

UMtv (Universidad de Murcia)

Publicadores

Octavio Miguel Lopez Albors

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Serie: Osteología (+información)

Coxal, fémur, tibia, peroné, hh del tarso