Idioma: Español
Fecha: Subida: 2021-05-10T00:00:00+02:00
Duración: 19m 28s
Lugar: Espinardo - Facultad de Informática - Salón de Actos
Lugar: Jornadas
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'Miedos, salud y ciencia en un año de covid-19'

Paloma Moral de Calatrava

Descripción

La Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i), perteneciente al Vicerrectorado de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia (UMU), y en colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, presenta la segunda edición de las jornadas COVID-19. Una actividad que tiene el objetivo de seguir informando a la sociedad sobre las investigaciones que se están produciendo en el seno de la UMU en relación a la crisis sanitaria del coronavirus.

Transcripción (generada automáticamente)

La titular de Historia de la Enfermería, Paloma Moral de Calatrava, con su ponencia, miedos, salud y Ciencia. En un año de covid 19 dejamos con ella. Hola buenas tardes. Yo estoy soy especialista y lo que trabajo en mis investigaciones son en Historia Medieval, pero también soy miembro del comité. Esto es así que haya una historiadora, aunque sea de la enfermería, en un comité es así. Por qué fue el resultado del miedo cuando es la primera Vera pasada. Decretaron el estado de alarma, y tuvimos el primer confinamiento. Yo dirigía los Trabajos, Fin de Grado, de un grupo de estudiantes, con unas características muy concretas, porque todos, excepto uno eran trabajadores y las enviaban a través de un grupo de whatsapp, les enviaban selfis; en los que se les veía sin equipos de protección suficiente. Todavía no estaba claro cómo se contagiaba la la enfermedad, pero como realista, y así estoy acostumbrada a leer en los tratados médicos antiguos que la envenena. El aire, que era capaz de viajar distancias largas y de hacer enfermar a otras, a otras personas, era. Era una manera de explicar qué tenían, de que el el contagio y las plagas se quedaban en el aire; una, una forma de contagio. Que nuestra medicina occidental no no aceptaba en la primavera de 2020. Pero tras esas imágenes de mis estudiantes protegidas con bolsas de basura, después de esas venían otras en las que se les veía visitando a sus familiares y yo sentí miedo; empujada; por ese miedo empecé a enviar a mis estudiantes a través del aula virtual resúmenes de trabajos de investigación. Sobre el sars, CoV 2, pero pronto me di cuenta de que era insuficiente, porque quienes necesitaban saber eran los profesionales y además necesitaban saber más en entonces catedrática de Veterinaria de la Universidad de Murcia, me mandó las directrices clínicas que había elaborado en Sun en China, el catedrático de Inmunología, Pedro Aparicio y José temas Manzanera , Saura, enfermero de Urgencias del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca revisaron mi mi traducción sin la ayuda, de ellos 3; yo no hubiera podido enviar un documento a médicos y enfermeros de distintos lugares de España, todos me agradecieron tener un texto por el que empezar y en algunas de sus respuestas me mostraron su miedo. Estoy convencida de que todos reconocen como propios ese sentimiento que nos inundó hace un año. Sin embargo, el miedo es una emoción que se empezará a medir tan solo nueve meses después de que se decretara la. La pandemia. Como decía, como le decían. La doctora decía Spain, es una encuesta que está coordinando el Instituto de Salud Carlos tercero para la Organización Mundial de la Salud, y el miedo empezó a medirse en la tercera ronda, es decir, en la encuesta que hicieron en noviembre volvieron a hacerlo en enero, pero ayer sólo ayer tuve conciencia y datos de la quinta ronda. Lamento no estar paralizada la responsable del estudio. Esto es algo que hay que tener en cuenta en coronavirus siempre se está actualizado a las 24 horas, porque, mire los datos el domingo yo no vi nada y el lunes ya vi los nuevos resultados, con lo cual, bueno, tenemos tan solo en un principio, tres datos, aunque yo les muestre solo solo dos sobre cuál es el miedo y cómo ha progresado o no ese miedo, cómo ha ido variando esa esa emoción tan sólo tenemos tres datos cuantitativos, seguro que algunos dirán que dos o tres datos cuantitativos son insuficientes, que los negacionistas convocan; manifestaciones multitudinarias, que todos los fines de semana se celebran fiestas ilegales! Pero aunque son argumentos a tener en cuenta, también es cierto que los toques de queda las limitaciones de aforo o el uso de mascarillas, la imposición de la distancia interpersonal, el gel alcohólico las restricciones, en los viajes, con la necesidad de presentar peces negativas son medidas que han impuesto todos los países porque las autoridades también están en alerta. Pues bien, en este contexto todavía con poco datos y bastante bastantes casos entre noviembre y enero subió las personas. El porcentaje de personas que tenían miedo, miedo al contagio, aunque a día de hoy, si no recuerdo mal parece que han vuelto a descender a los niveles de noviembre de la ronda 3. En este momento de forma general, al menos en algo menos del 50 por 100 entre 40 el 50 por 100 de los españoles dicen que tienen bastante miedo a contagiarse; al con esto es lo que pasa. Si esto es lo que sentimos en la población general que sienten los profesionales de la salud, un año de pandemia, después, pues la verdad es que no lo sabemos muy bien. La Organización Mundial de la Salud no está viviendo este parámetro, y en una revisión sistemática de este mismo mes ya nos advierte que tomemos con bastante cautela los resultados de los trabajos, porque si estos trabajos se caracterizan por algo es por la variedad metodológica que han seguido y por los distintos instrumentos de medida que se utilizan. La urgencia sanitaria se ha convertido en incertidumbre científica, y, para hacernos una idea de qué pasa entre los sanitarios, debemos recurrir a distintos estudios, por ejemplo, una, una publicación que evalúa el impacto psicológico entre los profesionales de la salud en China, afirma que los que se dedican a la salud pública y los enfermeros son los grupos más afectados; un trabajo de este mismo año 2021 cuantifica lo mismo, pero en el Reino Unido, y también afirma que la proporción de enfermeras con ansiedad, depresión, sintomatología de estrés postraumático, respecto a las a-las enfermeras que no lo presentan, es el doble que entre los médicos, que fue el grupo que se tomó como grupo de referencia. El Colegio de Enfermería de la Comunidad Valenciana presentó en diciembre un resultado. Bueno, los resultados de su estudio, en el que apuntan en la misma dirección porque afirma que casi el 70 por 100 de las enfermeras, tiene síntomas compatibles con estrés postraumático y el 60 de trastorno obsesivo -compulsivo y haya unas investigadores españoles que han publicado una revisión sistemática sobre la ansiedad, solo exclusivamente sobre la ansiedad, entre los profesionales de la salud, y los resultados apuntan en la misma dirección que los dos trabajos que acabo de señalar, pero advierten de que los textos ya publicados sólo trabajan con escalas de ansiedad percibida y ninguno. Utiliza la entrevista clínica para terminar de perfilar el diagnóstico. Las revisiones sistemáticas que se publican avisan de carencias metodológicas de Antonio Guirado, profesor de la Universidad de Murcia, que estudia la dinámica y expansión de la de. La pandemia me advirtió personalmente de incorrecciones estadísticas en algunos de estos trabajos. Así que si los datos cuantitativos deben ser tomados con cautela a otro tipo de fuentes, el 16 de abril de 2020 se celebró el homenaje nacional a las víctimas del coronavirus, y todavía no teníamos datos cuantitativos que demostraran que la conmoción emocional era mayor en los enfermeros. Pero de alguna forma se sabía, y quizá por esa razón se eligió a una enfermera para dar voz a los sanitarios. Ese jueves, del mes de julio aro López, una enfermera supervisora del Hospital de La Vall de Hebrón dijo lo siguiente. Hemos dado todo lo que teníamos, hemos trabajado al límite de nuestras fuerzas y hemos vuelto entender, quizás mejor que nunca, porque elegimos esta profesión, cuidar y salvar vidas, aunque muchos compañeros tuvieron que dar su propia vida. Para ello, hemos cubierto necesidades básicas y emocionales, hemos sido mensajeros del último adiós para personas mayores, que morían solas, escuchando la voz de sus hijos a través de un teléfono hemos hecho videollamadas, hemos dado la mano y nos hemos tenido que tragar las lágrimas. Cuando alguien nos decía. No me dejes morir solo según esta enfermera; muchos compañeros fallecieron en el ejercicio de su profesión y hubo otro homenaje a los sanitarios que se habían contagiado y muerto. Sin embargo, a día de hoy no hay cifras oficiales. Según los medios de comunicación, el pasado mes de noviembre ya había muerto por más enfermeras que en toda la primera Guerra Mundial. En la primavera de 2020 los equipos de protección individual escaseaban y el riesgo que corrían los sanitarios, era palmario, un año después cuando el suministro de las famosas pies adecuado. Las explicaciones de por qué se contagiaba sanitarios son otras de las actualizaciones del 25 de marzo y del 17 de abril del Ministerio de Sanidad. Se afirma textualmente que los sanitarios también podrían haber contraído la infección en la Comunidad o en el centro sanitario en zonas donde no utilizaban equipos de protección. Aunque los datos sobre cómo están nuestros sanitarios son todavía frágiles. Los trabajos apuntan que a lo largo y ancho del mundo todos los enfermeros están sufriendo más que otros sanitarios, un artículo específico sobre la salud mental de los sanitarios en Omán, además de cuantificar las variables psicológicas que ven en la pantalla, afirma que las más afectadas son las mujeres del personal de enfermería, con edades comprendidas entre 18 30 años. No es el único estudio que arroja este tipo de resultados. Una reciente revisión sistemática de una universidad ateniense concluye que las enfermeras más jóvenes son las más expuestas al agotamiento emocional no solo tienen un trabajo de alto riesgo, sino que la avalancha de casos ha provocado que muchas de ellas hayan tenido que abandonar a sus pacientes para atender a los enfermos, pero la exposición al patógeno, la falta de especialización, el aumento de las jornadas de trabajo o las la ausencia de un soporte social adecuado afecta a enfermeros y enfermeras por igual, las que, como explican los estudios que sean las mujeres más las más afectadas, lo cierto es que la mayoría no lo hacen, pero hay un estudio que arroja que propone una explicación que aquí ofrezco en bruto para que cada uno extraiga sus conclusiones. Este mismo año este trabajo explora el miedo a la población general hongkonesa y confirma que el miedo entre las jóvenes con menos estudios, y que conviven con ancianos, es mayor en que las mujeres que entre los hombres, porque ellas son más propensas a las fobias, por una intensificación biológica femenina, y para hacer esta afirmación se apoya en bibliografía. Muy bien. Qué dicen los estudios a los que se refiere este es el primer artículo que cita, tiene ya ocho años y advertía de los sesgos de género en la interpretación de los datos, porque son los neurocientíficos los que afirman que la activación de la amígdala cerebral en los hombres significa enfado, mientras que las mujeres significa miedo. El segundo artículo es aún más antiguo porque tiene ya 15 años y ya hace 15 años alertaba de que los estereotipos de los investigadores magnífica, el hecho de que las niñas tengan puntuaciones algo más elevadas en el apartado de miedo, es decir, en la interpretación de los datos, las influencias culturales de los investigadores juegan un papel importante. Pese a todos los errores, imprecisiones o estereotipos en la investigación. Los resultados son contundentes y durante esta pandemia las sanitarias han estado más expuestas a la ansiedad, al estrés postraumático o a la depresión; contrariamente a lo que se pudiera pensar, lo comunican menos o al menos esto es lo que dicen los responsables europeos de un reciente estudio en el que se han revisado 220 artículos sobre la salud mental de los sanitarios. Con todas estas evidencias en mente con sus pros y sus compras, después de un año de pandemia, la conclusión es clara. Las enfermeras no tienen miedo, están enfermas. Y qué han hecho ellas durante este año? Las enfermeras son conscientes de que la percepción social sobre la profesión es paradójica de una parte. La valoración general es positiva, pero la población desconoce cuáles son sus responsabilidades y capacidades. Hasta cierto punto es lógico, porque en cada país tienen una formación y unas tareas diferentes. Sin embargo, la investigación ha demostrado que las enfermeras bien preparadas acortan el tiempo de hospitalización disminuye el número de eventos adversos y, además, identifican de forma temprana las complicaciones en atención primaria diagnostican precozmente los problemas de salud, mejora la adherencia a tratamientos farmacológicos y no farmacológicos la dieta, el ejercicio al abandono del tabaco y alcohol por ejemplo, y, además, potencian la calidad de la atención sanitaria porque acuden a los domicilios de los pacientes crónicos complejos y de los grandes dependientes en pleno confinamiento, cuando nadie podía salir de sus casas, excepto para ir al supermercado o a un centro de salud. Las enfermeras de nuestra región seguían yendo a las casas de quienes las necesitaban, porque saben que una buena atención de enfermería ayuda a disminuir las tasas de mortalidad. La sociedad le debe mucho a las enfermeras. Las farmacéuticas también, cuando llegaron los primeros viales de la vacuna de a principios de este año en enero la compañía calculaba que se podía vacunar a un máximo de cinco personas por cada fresquito, las enfermeras españolas sacaron una dosis más en enero el lío fue mayúsculo. La Agencia Europea del Medicamento se vio obligada a reconocer que con la aguja y jeringa adecuada se podía sacar una dosis más. Así es que la compañía farmacéutica cambió la ficha técnica y decía que empezó a contabilizar. En cada que en cada vial había seis dosis, la multinacional se ahorró mucho dinero gracias a la pericia de las enfermeras de nuestro país, porque fueron las enfermeras españolas las que dieron las que descubrieron que había una dosis más, aunque las enfermeras están exhaustas, ahora la vacunación depende de ellas y su aceleración es una realidad palpable. Sin embargo, nuestros miedos en este momento en el mes de abril son otros. Parece que tenemos más miedo al suero que puede salvarnos, a la propia enfermedad. Si en enero algunas voces se alzaban en contra de una vacuna de mensajero que introducía un chip para una enfermedad transmitida por una red de cinco g o algo así, algo así ahora, en abril, algunos quieren elegir qué vacuna le ponen. Es decir, las enfermeras están física, psicológica y emocionalmente agotadas, y vamos nosotros ahora y nos ponemos pinos porque queremos elegir la mar en serio.

Propietarios

UMtv (Universidad de Murcia)

Publicadores

Carmen Pilar Martinez Fernandez

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