tv.um.es

Una de las particularidades que caracteriza  la articulación de la rodilla en el caballo,   en los équidos, es la posibilidad de realizar  bloqueo rotuliano. Esta situación de bloqueo rotuliano es posible gracias a la presencia en la  tróclea del fémur, en concreto en el labio   medial de la tróclea del fémur de un pequeño  tubérculo o área de bloqueo rotuliano.   Ese tubérculo en el labio medial de la tróclea del  fémur coincide con la apófisis cartilaginosa   que presenta la rótula en su borde medial y  el fibrocartílago de proyección desde esta   apófisis cartilaginosa. Estas estructuras  permiten que, durante la extensión de la   rodilla, el caballo pueda bloquear la rótula  en la zona más proximal de la tróclea del   fémur y así conseguir lo que conocemos como  bloqueo rotuliano. Tenemos una preparación   sobre la mesa donde podemos identificar la  posición de bloqueo rotuliano. Como observamos   en este miembro pelviano del lado izquierdo  donde apreciamos la posición de la rótula, en el extremo proximal de la tróclea, coincidiendo  con la situación de bloqueo rotuliano. En este   momento la rótula queda completamente bloqueada  y las masas musculares que rodean al fémur en   la región glútea permiten una cierta semi relajación o no una tensión completa. Durante   el bloqueo rotuliano es el miembro contrario  el que está realmente descansando puesto que   es el bloqueo o el miembro bloqueado  es el que aguanta la mayor parte del peso del   tercio posterior del caballo. Cada cierto tiempo  este bloqueo se puede interrumpir para bloquear   el miembro contralateral y descansar el miembro  que estaba bloqueado. Durante el bloqueo rotuliano   existe un bloqueo simultáneo de la articulación  del tarso. Este bloqueo del tarso ocurre merced   a la presencia de lo que conocemos o lo que  se denomina el aparato recíproco. El aparato   recíproco es una modificación en el caballo de dos  músculos, uno de disposición craneal en la pierna,   en concreto el tercer peroneo ,el músculo tercer  peroneo se tendoniza y nos forma, nos integra la   cuerda femorometatarsiana. Desde la fosa extensora  del fémur hasta la base del tercer metatarsiano.   En disposición caudal en la pierna existe  otro músculo que en el caballo termina tendonizándose, el flexor digital superficial. Se  origina en la fosa supracondilar y se   inserta en la tuberosidad de calcáneo. Por  ello también lo conocemos como cuerda    femorocalcánea. Estos dos músculos, estas dos  cuerdas tendinosas, femorometatarsiana    femorocalcánea, integran el aparato recíproco  y son de una longitud exacta que permite un   paralelogramo de fuerzas que,   durante el bloqueo rotuliano, se traduce   ese programa de fuerzas en un bloqueo  absoluto de la articulación del tarso.   Una pieza en fresco o mejor dicho en húmedo  podemos observar cómo la rótula queda bloqueada cuando la proyectamos hacia la parte proximal de la tróclea del fémur. Esta es la situación de bloqueo. En esa posición es imposible el poder flexionar la  articulación de la rodilla o la articulación del   tarso. Ambas articulaciones están bloqueadas. Cuando  el caballo decide cambiar del bloqueo rotuliano lo   que hace es traccionar de los músculos, en  poner en acción los músculos que se insertan   en el ligamento colateral lateral. De tal manera  que salta la rótula de ese bloqueo y permite la   flexión, tanto de la articulación de la rodilla  como de la articulación del tarso. Es el momento   de desbloqueo y el momento de bloqueo rotuliano. En el bloqueo rotuliano la rótula cabalga hasta la zona proximal de la tróclea y, por acción d e los  músculos que llegan al ligamento rotuliano medial   concretamente pues parte del sartorio de gracilis,  permiten que quede encajada en esa zona proximal,   en ese tubérculo del labio medial de la tróclea  volviendo a la situación de bloqueo rotuliano.