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En esta otra preparación volvemos a repetir  las estructuras que vemos en el interior   de la cavidad torácica por el lado izquierdo.  Podemos ver, antes de entrar en la cavidad torácica, que en este cadáver se ha respetado   el trayecto de la vena yugular externa, situada sobre el músculo esternocefálico.   Vemos cómo esta vena yugular externa también va a alcanzar la vena cava craneal que hemos referido por el lado derecho. Vemos también cómo va desembocando la vena torácica interna   y vemos también el trayecto de la arteria torácica interna. En este caso, la arteria torácica interna izquierda se ha despejado todo el suelo de la cavidad torácica para ver el recorrido de la misma   y los ramos que va dando, que van a intervenir en el riego de la pared del tórax, en esa parte ventral,   e incluso de la glándulas mamarias torácicas. Es una preparación donde se ha replecionado con látex tanto el árbol arterial como el venoso, y podemos ver sobre la superficie del corazón los vasos desprendidos o las ramas desprendidas, los ramos desprendidos por los vasos coronarios. Vemos de nuevo el surco interventricular paraconal.   La parte craneal al surco es el ventrículo derecho, la  la parte caudal es el ventrículo izquierdo.   Vemos el vértice cardíaco que está incluido dentro de la  cavidad pericárdica, que se ha seccionado, y ahora   vemos perfectamente el ligamento pericárdico  frénico o frénico pericárdico que vincula el   pericardio con lo que es el diafragma. Desplazamos  también lo que es el nervio frénico izquierdo,  se retira todo lo que es la pared del receso del  mediastino y se observa cómo es la morfología   del lóbulo accesorio del pulmón derecho.  Apreciamos la aorta torácica desprendiendo   sus arterias intercostales, pares y simétricas. En  este caso vemos las del lado izquierdo.   Y vemos nuevamente del arco aórtico salir lo que es la  arteria subclavia izquierda y desprenderse el   tronco braquiocefálico. Nuevamente vemos el  origen de la carótida, en este caso del lado   izquierdo procedente ese tronco braquiocefálico.  Si continuamos el trayecto del nervio vago pues  podemos observar nuevamente la bifurcación de  los dos ramos vagales, dorsal y ventral, sobre   la superficie del esófago que vemos discurrir  nuevamente entre el músculo largo del cuello y   la aorta en este caso, y por debajo de la aorta  torácica más caudalmente. Asimismo, en relación por este lado izquierdo y en relación con el sistema linfático, destacar el trayecto del conducto linfático torácico,  que nuevamente va buscando su desembocadura  al torrente venoso una vez ha traído la linfa de ese receptáculo que es la cisterna del quilo.   Igual que en otras preparaciones, en estos animales todavía se conservan restos de timos a modo de tejido graso. Y en la superficie del corazón, nuevamente observamos   la morfología de la aurícula izquierda, la morfología de la aurícula derecha, el nacimiento del tronco pulmonar y lo que es el tronco arterioso del corazón.