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Una vez separado el corazón, procedemos a inspeccionar este territorio mediastínico donde vamos a encontrar, en este caso, bastante grasa, que se va a retirar. Asimismo, los ganglios o linfonodos territoriales, los mediastínicos caudales se van a separar. El esófago que permaneció unido a la tráquea y transitaba también unido a través de mediastino se separa. Y en este caso, conviene, dado que permanece sujeto a la región laringea, mantenerlo así porque de esta manera se facilita su inspección interna es decir, está sujeción y sujetándolo con una mano nos permite una apertura fácil para el examen de la mucosa. También conviene examinar los grandes troncos vasculares que han quedado en este territorio. En cuanto a la inspección de órganos de interés, como por ejemplo el tiroides, procederemos a hacerla mediante un corte longitudinal que nos muestre toda la superficie. El examen de los ganglios mediastínicos caudales en este caso o traqueobronquiales en su localización, pues conviene hacerlo de forma minuciosa, fileteándolos con cuidado, sobre todo en animales como estos en los que se sospecha que pueda haber alguna alteración que nos afecte, algún proceso granulomatoso y de esta manera pues no dejamos escapar las posibles alteraciones. La lengua la vamos a inspeccionar mediante cortes transversales en profundidad.