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Abordamos las vías respiratorias cortando desde la laringe en dirección hacia la bifurcación traqueal. Examinando contenido, aspecto de la mucosa traqueal. Luego vamos a continuar por la ramificación de los bronquios mayores, como dice la regla, cortando longitudinalmente hasta donde nos permita avanzar el instrumento. Una vez que las vías se reducen mucho ya no podemos seguir avanzando, tanto en un pulmón como en otro. Las vías aéreas quedan así al descubierto. En esta especie pues se puede reseñar la existencia de posibles parasitosis o alteraciones bronconeumónicas. En este caso conviene decir que ha habido aspiración de contenido digestivo que se ha transportado a través de las ramificaciones bronquiales. Efectuado el examen de las vías aéreas, pues pasamos a ver el pulmón, si hay alguna alteración reseñable en cuanto a su conformación, cambios de color, situación de estos posibles cambios en su anatomía. Aquí sí que se puede observar algo residual de un proceso anterior, posiblemente ya lejano que tuvo este animal, que ha resultado en una cicatrización focal de la pleura. Se manifiesta en forma de esos flecos en el borde ventral del pulmón. Como órgano parenquimatoso, los parámetros a reseñar pues son los de forma, tamaño, peso, color del órgano, estado de los bordes. Y en cuanto a la serosa, pues tener siempre presente que los tres parámetros que se pueden alterar son que deje de ser lisa, deje de ser brillante y deje de ser transparente. Una o varias cosas a la vez. Procedemos a la inspección de todas sus caras, estado de los bordes y todas las posibles alteraciones que hemos mencionado. Una vez realizado esto, incluida la palpación para obtener información de posibles lesiones ocultas, pues vamos a inspeccionar el pulmón en profundidad mediante cortes transversales, seriados, en ambos pulmones que nos indiquen, nos informen acerca del estado de la superficie de corte.