Idioma: Español
Fecha: Subida: 2019-03-08T00:00:00+01:00
Duración: 43m 46s
Lugar: Documental
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La Frontera que Une

El Origen de las Tierras de los Manuel

Descripción

Documental producido por la Universidad de Murcia

Transcripción

El Imperio Almohade fue capaz de crear grandes ejercitos. La batalla de las Navas de Tolosa, la ganaron los cristianos, cabe decir que gracias al valor personal del rey de Castilla, deseoso de vengar su derrota en Alarcos en 1195. Incluida toda su nobleza en el empeño, aunque me da la impresión que hizo falta su fuerte compromiso personal, el rey de Castilla, como el de Aragón, es un rey soldado, que carga contra el enemigo a la cabeza de sus tropas. El califa en cambio, asiste a la batalla desde un pronomontorio, rodeado de su guardia personal. El único efecto, a nivel territorial, es la recuperación por los castellanos de tierras que habían perdido a partir del 1195, tras la derrota de Alarcos, y que ahora los cristianos retoman. La progresión cristiana, después del 1212, no fue inmediata. El rey de Aragón, Pedro II, muere en la batalla de Muret, en el sur de Francia y Alfonso VII de Castilla muere en 1214. En ambos reinos, hay reyes menores de edad y una situación de crisis por la agitación de la nobleza. El califa an-Násir, derrotado en las Navas, muere en 1214. Le sucede un niño. Su hijo Yúsuf, de sobre nombre al-Mustánsir, que no tiene más que 10 años. Como consecuencia de esto, y también de los problemas internos del Imperio Almohade, durante un decenio es muy pasivo. No hay iniciativa por parte de los almohades, y cuando el califa al-Mustánsir muere 1224, se desatan las ambiciones de Zaid. El más importante es el gobernador de Sevilla. Entra en tratos con el rey de Castilla, Fernando III, y consigue que este le preste un contingente de 500 caballeros cristianos para intentar apoderarse del califato en Marrakech. Una vez asentado en Marrakech, renuncia solemnemente al dojma, que fuera la fuerza del Imperio Almohade. Un dojma que algunos pensaban casi herético. Es una situación compleja. Toma el sobrenombre de al-Maʾmūn como califa, desde 1228. Va a renunciar al dojma almohade, y, tras la revuelta de al-Maʾmūn, cuyo califato ahora está situado en Marrakech, habrá otra revuelta en Murcia de un jefe andalusí, Ibn Hud. Durante uno o dos años Ibn Hud aglutina en torno a sí sublevados en todo el territorio, contra el régimen almohade. Parece que Ibn Hud, el jefe de Murcia, va a conseguir reunificar toda la España mudéjar en Andalucía. Resulta derrotado por el rey de León, Alfonso IX, en Alange, cerca de Mérida. Esta derrota, da paso a la fragmentación política de la España musulmana, en los terceros Reinos de Taifas. Es una situación muy complicada. En Valencia se había podido mantener un gobernador almohade, tras la revolución andalusí de Ibn Hud. Se había mantenido el gobernador almohade llamado Zeit abú Zeit, según la historiografía cristiana. Pero él mismo deberá finalmente ceder Valencia y dejar el poder de la plaza a un jefe militar local. El que intentará resistir al avance cristiano será un jefe militar andalusí Zayyán ibn Mardanish, pero caerá derrotado por los cristianos. Sucederá en 1238, con la toma de Valencia. Hay que recordar que, tras la toma de Valencia, hasta el año 43-44 esta zona se convierte en una zona de interés, no diré de conflicto, entre Castilla y la corona de Aragón. Cuando, en teoría, el tratado de Cazola vinculaba este territorio que era la antigua taifa que tenía la Corona de Aragón. Cuando cumple de 19 años su padre trató con Jaime I, el casamiento de Alfonso, con la hija primogénita de Don Jaime, que se llamaba también Violante como su madre. Pero él ya se había enamorado, con la fogosidad de los 19 años, de Doña Mayor Guillén, con la cual tuvo una hija que después fue la que más satisfacciones le produjo a lo largo de su vida, cuando sus hermanos se revelaron contra él, y sus propios hijos. Sin embargo, Beatriz le dió grandes satisfacciones. Cuando cumplió los 20 años Fernando III, lo llevó a las expediciones que hizo sobre Andalucía. Él lo nombró alférez mayor y su primera actuación política fue con el acuerdo que hizo con los representantes de Ibn Hud en Alcaraz. El contexto en el que se encontraba el reino murciano en esos momentos, pues era de franca decadencia. Muhámmad ibn Hud, digamos que piensa el poder de los posibles rivales que aspiraban a acabar con el reino murciano, pues podían ser más útiles en la negociación. Por una parte, Ibn al-Ahmar, el rey nazarita de Granada, que aspiraba a extender territorialmente su reino. Por otra parte, era Jaime I de Aragón y era Fernando III de Castilla, que los dos habían iniciado ya lo que se consideraba como la finalización de la Reconquista. Lo que se pacta en Alcaraz es el establecimiento de un protectorado de Castilla, sobre el Reino de Murcia. A excepto de tres plazas, como son Mula, Lorca y Cartagena, que tuvieron que ser tomadas por las armas posteriormente. El resto del territorio, a cambio de aceptar el vasallaje de Castilla y pagarle una parte sustanciosa de los ingresos públicos. Los historiadores hablan de 2/3 para Castilla y 1/3 para los musulmanes y para todos aquellos que aceptaran vivir en el vasallaje. Castilla les exije, también, la entrega de las fortalezas extratéjicas en el reino y el que no llevarán a cabo relaciones exteriores, pacíficas o bélicas, sin el consentimiento de Castilla. ¿Qué van a recibir? El respeto a una autonomía interna de las autoridades musulmanas y el respeto también a la religión, los bienes, todo. Es decir, todos los derechos digamos personales. El infante fue a Murcia y estaba realizando los preparativos para tratar de conquistar las poblaciones que en 1243 no se habían querido entregar después de tratado de Alcaraz. Necesitaba la colaboración de las órdenes militares. La Orden de San Juan de Jerusalén, la Orden de Santiago, la Orden del Hospital... Mientras estaba resolviendo los problemas de las órdenes militares con el Consejo y el Arzobispo y demás, le llegó una noticia impactante que fue el ahorcamiento que ordenó hacer su futuro suegro, Jaime I, en Xàtiva del hermano del Ovispo de Cuenca que le acompañaba en esta expedición. Entonces esa noticia le impactó sobre manera y el pocos día llegó a la frontera para poder entrevistarse con su suegro y de alguna forma pues pedirle cuentas de por qué había hecho eso con el hermano del Ovispo. El trató de entrevistarse con su suegro que, en principio, el problema era en la ahorcamiento, pero el tema era mucho más complejo. Tanto Alzira, como Xàtiva, en las ausencias que había tenido Jaime I después de la conquista, los caballeros aragoneses hacían incursiones sobre ella para robarle, para incendiar los campos, para presionarles y entonces pues dirigieron la vista los arraheces de estos lugares hacia los castellanos para que les protegieran contra estas incursiones. Jaime I hace que el arrahez de Alzira se tenga que exiliar en Murcia y se hace entregar, por los ancianos de la aljama de Alzira, la ciudad de Alzira. Pero también se encuentra que están conspirando los castellanos, concretamente Ibáñez Palomeque, el hermano del Obispo, para incorporar también Xàtiva a la Corona de Castilla. Y entonces, lo manda apresar. Pedro de Guzmán era tenente de Jorquera, era uno de los caballeros castellanos, va en ayuda de Ibáñez Palomeque conquista Alpera y Carcelén, es posible que también llegara a Almansa. También conquista otra población que también pertenece al Reino de Aragón por la Conquista que es Enguera. Por tanto es una situación complicada, y todavía más complicada porque resultaba que Villena y Sax, con Salinas, que pertenecían a la conquista de Castilla habían sido ocupadas por los caballeros de la Orden de Calatraba, que eran aragoneses entre 1239 y 1242, con permiso de Jaime I. Le incordia muchísimo y se indigna mucho, hasta el extremo de que va a Enguera coge a 16 o 17 vecinos de Enguera, pide que le entreguen la ciudad, se niegan a hacerlo y también los manda a degollar. El infante continúa por el Cerdo de los Santos hasta Yecla y desde Yecla se aproxima a caudete y es donde el montará después el campamento. El tratado de Almizrra en 1244 es la culminación del proceso que viene del siglo anterior de la expansión de los reinos cristianos, del reino de Castilla y de la Corona de Aragón sobre los directorios de al-Ándalus. El principal problema es asumir, a mi juicio, asumir o no lo establecido años atrás en el tratado de Cazola de 1179. Ambos reinos, se van a extender sobre lo que llamamos el Sharq al-Ándalus, el oriente de Al-Ándalus, y coinciden físicamente sobre este espacio, lo que obliga finalmente a unas negociaciones diplomáticas para llegar a un acuerdo de cuáles van a ser las fronteras entre ambos reinos en esas conquistas cristianas de lo que será el Reino de Valencia y será el Reino de Murcia. Lo que disponía ese tratado en lo que refiere al reparto de tierras o iban a entrar en una negociación que les podía llevar a la guerra. Parece ser que hay tres momentos del primer día donde parece ser que todos son saludos, afectuosos es una reunión casi familiar. Un segundo día donde ya entran en juego las delegaciones, porque no olvidemos que aquí a lo que venían era a discutirsobre unas líneas y los castellanos señalan su interés estratégico por Xátiva. Además, señalando que ese interés nada tiene que ver con la posible influencia que la antigua taifa murciana pudiese tener sobre las tierras del Júcar, sino con un compromiso, y es muy interesante, con un compromiso del propio rey Jaime de ceder Xátiva como dote por el matrimonio de su hija con el infante Alfonso. Cosa que Jaime niega rotundamente. El tema de más se enquista cuando los castellanos le señalan que este es un compromiso del rey y que además hay testigos de que realmente se comprometió a ello. Jaime entiende que esos testigos seguramente van a falsear la verdad y la verdad es que él nunca hizo ese ofrecimiento y llega a pronunciar, dice la crónica, algo así como que el que quiera Xátiva, tendrá que pasar por encima de él. Y es aquí cuando de cree, repito, la crónica interviene la reina. Jaime I lo que le va a dar a Castilla es, en teoría, seguridad en la frontera. Tener fijada una baliza que le permite centrar sus objetivos, lo que en ese momento tenía entre manos, que es la finalización de la conquista del territorio y la colonización. En ese momento, los aragoneses tienen un cierto enfrentamiento con el rey. Precisamente porque ellos esperaban más de su presencia en la conquista de Valencia. Don Al fonso inició su regreso hasta murcia y, de paso, pues fue incorporando también a Castilla, las localidades que todavía permanecían en poder islámico, como era, en distrito islámico de Elda, Monóvar, Petrer y Chinosa, y después también, del distrito de Alicante, se hizo entregar Novelda, Nompot, actual Monforte del Cid, y Aspe. La mayor parte de ellos, los va a donar a caballeros que le acompañaban. Concretamente, Villlenas, Sax, Salinas y Bogarra no son entregadas a ningún señor porque continuan en poder de los calatrabos, y continuan hasta 1247. Tampoco entrega a ningún caballero ni Almansa ni Yecla. Jumilla la entrega a uno de los caballeros que le acompañan, Don Alfonso Téllez de Meneses. El distrito de Elda se lo entrega a Guillén el Alemásn, aunque este hombre, pues fallecería a finales de ese mismo año en Ocaña, y se la cedería a la Orden de Santiago y, finalmente, Novelda, Aspe y Nompot se lo concede al Obospo Gonzalo Ibáñez Palomeque, y después ya en diciembre, Elche, que había sido conquistada el año anterior, pues se lo cede especialmente a Doña Mayor Guillén, para que lo heredara su hija Beatriz. Todas estas poblaciones, como se han entregado por acuerdo, pues van a continuar con sus costumbres, con su leyes y, únicamente, pues lo que va a situarse es una pequeña guarnición en los castillos, para defenderlos y para cobrar los impuestos. La vida de las sociedades en el Reino de Valencia, en el Reino de Murcia Castellano, tienen similitudes. Son unas sociedades feudales, basadas en el poder de la nobleza, en el de la monarquía. Los vasallos, la mayoría de la población es campesina. Existen ciudades de mayor o menor entidad en los que hay mercaderes y artesanos. Hay una población privilegiada, que son los repobladores cristianos, incluso aunque sean campesinos, aunque sean vasallos, siempre serán más que lo que va a ser un musulmán, un mudéjar en estas sociedades post-conquista. Cuando nos adentramos en la vida cotidiana, pueden tener monedas diferentes, hablan lenguas diferentes. No es la misma lengua románica la de los repobladores catalanes o aragoneses que la de los castellanos, pero las dos son los lenguas románicas. No es el árabe, de los habitantes mudéjares de la zona. No son incomprensibles, por lo tanto, podemos hacer un listado de diferencias y, al mismo tiempo, darnos cuenta que tienen un peso relativo. Además hay una época de florecimiento cultural durante el protectorado y además se produjo, pues eso, la creación de un llamado estudio similar al de Toledo o al de Sevilla, y hubo encuentros de intelectuales de las tres culturas, es decir, musulmanes, judíos y cristianos. Intelectuales de Centro Europea, de otros países europeos que vinieron y consta, documentalmente, su presencia, de algunos de gran talla. La razones de las expulsiones o de la huída o del abandono de la población musulmana, tanto en Valencia como en el Reino de Murcia, son parecidas. La gente huye por miedo. Y también hay gente que es expulsada a propósito. Se decreta su expulsión rápidamente. Hay una razón simple y es que las tierras, las casas que tienen, se van a dar a los repobladores cristianos. Su repartimiento se hace sobre lo que tenía esa población musulmana, por lo tanto hay que expulsarlos. Lo que pasa es que ni hay tantos repobladores cristianos como para expulsarlos a todos, ni tampoco todo el mundo quiere expulsarlos, porque los que se quedan, pagan impuestos y rentas a los nuevos señores. El rey decreta una exposición general de los musulmanes en el sur como en la Sierra de Uxó. Los musulmanes resisten con particular firmeza. Se les permite quedarse, pero se les imponen condiciones tributarias más duras. Todo tipo de situaciones. Todo un abanico de situaciones variadas que van desde la reducción a esclavitud como en Mallorca. Hasta condiciones, a cambio de la rendición, más favorables que las que tenían en la época musulmana. Procuró, también, Alfonso X el atraer a mercaderes, artesanos, etcétera, que se instalaran en las principales ciudades, sobre todo en la de Murcia. Los comerciantes que abrieron una tienda en Murcia, la regalaban una taúlla en la huerta para que su vida se beneficiara de esa propiedad. Por otra parte, se le concedió muy pronto, el fuero de los hidalgos de Toledo. Fuero que también se le va a conceder a los armadores de naves de los dos puertos importantes porque hay que tener cuenta una cuestión. El reino de Murcia era la salida de Castilla al Mediterráneo, el mar de la cultura, el mar del comercio, el mar de la comunicación. Todo pasaba por el Mediterráneo, era el centro de la vida económica y cultural de la época. En 1250 ya queda restablecida la diócesis cartaginense. A partir del 66, la iglesia recibió las mezquitas y las transformó en parroquias cristianas. Desde el punto de vista oficial, el rey protegió a las minorías étnico-religiosas. Tanto a loa mudéjares como a los judíos. Pero una cosa es lo que ocurría a nivel oficial, y otra cosa es lo que sucedía día a día. Bueno, más que convivencia yo hablaría de cohexistencia. Fue bastante pacífica, pero cuando tenían problemas o pleitos, con un cristiano, se llevaban a cabo con jueces cristianos. En 1296, Jaime II conquista reino castellano de Murcia en base a los pactos con los Infantes de la Cerda castellanos, en el marco de las guerras civiles. Pero mantuvo Reino de Murcia incluida la zona de Alicante, Elche y Origuela dentro de ese Reino castellano de Murcia que se integra en la Corona de Aragón. La guerra de los dos Pedros, la guerra de mitad del siglo XIV, que duró más de diez años, fue el conflicto de mayor duración de la Corona de Castilla y dela Corona de Aragón, y tiene la escusa de esta modificación de fronteras justamente en este contexto. Y en 1305, ya con el tratado de Elche y el pacto, la sentencia arbitral de Torrellas se produce la división del Reino de Murcia por el Río Segura apróximadamente. Y estas comarcas es cuendo se integran al Reino de Valencia ya definitivamente, hasta la actualidad. Cuando el infante sube al trono se encuentra con las ambiciones territoriales de Jaime I y está en guerra con él por el Reino de Navarra. Y Don Juan Manuel, que fue el segundo señor de Villena, nos dice que su padre, Fernando III, nada más le había concedido, la espada Lobera y el escudo. Cuando el infante accede al trono, una de las primeras medidas que hace es que reparte a sus familiares, propincuos, etcétera, les reparte pues bienes y mercedes y beneficios. Sin embargo, no hay constancia de qué le pudo ceder al infante Don Manuel. En el "Llibre dels feits", Jaime I, nos dice que entre los años 1253 y 1254, él ya está por este territorio. Creo que podemos sacar una conclusión relativamente importante, y es que aprovecha Don Alfonso, que estas cuatro poblaciones, como son Villena, Sax con Salinas, Almansa y Yecla, no las ha concedido a ningún señor, para cederselas a su hermano Manuel. En cambio, la fecha de 1256, que es la época en que se estropea el matrimonio previsto entre Constanza, la hija de Jaime I el Conquistador con el infante de Don Enrique, que también se estropea el matrimonio previsto de Don Manuel, hermano menor de Alfonso X el Sabio, con la hija de Enrique III de Inglaterra, como consecuencias de las entrevistas que tienen Jaime I y Alfonso X el Sabio para conjurar la guerra en la vistas de Soria. Que desenvocarán inmediatamente en el matrimonio en Calatayud de Don Manuel y de Doña Constanza de Aragón. Matrimonio que llevará probablemente en dote, pues una serie de pueblos, de la zona actualmente alicantina, de Villena, hasta posiblemente Elche. Aunque el único que consta claramente de esta cesión, consta por un documento del año siguiente, es precisamente Elda. Según Don Juan Manuel, en principio, se le había prometido el Reino de Murcia, pero luego su padre que era buena persona, que tenía un gran espíritu de servicio a su hermano Alfonso X y a Castilla, terminará renunciando a ese reino y aceptando en su lugar un señorío, al que le llaman el Alofra. Sí que recibía un patrimonio importante que fue en todo el Valle del Vinalopó, era todo el distrito de Elda, que Alfonso X lo recupera, cambiándoselo a la Orden de Santiago por Totana. También recupera Novelda y Aspe, que había sido cedido en 1252 al alfoz alicantino. Y finalmente recupera también Elche para dárselo a su hermano. Pero si en algo coinciden prácticamente todas las fuentes, que son muy diversas y muy divergentes, es en que la principal razón de esta entrega fue evitar una guerra entre Aragón y Castilla, creando un estado que tuviera a caballo entre Castilla y Aragón, independientemente de que luego fuera un reino o de que fuera un señorío, o que fuera el famoso señorío de la Alofra, del que hablaba Juan Manuel. En 1345, año de nuestro señor, Don Juan Manuel de Castilla, hijo del infante Manuel de Castilla, hermano menor del rey Alfonso X, escribe a propósito de su linaje en el libro de las tres razones, testimonio a la par que leyenda de su propia ascendencia. Don Juan Manuel relata que Jaime I de Aragón y Violante de Hungría tienen cuatro hijas. La mayor, Violante, se casará con Alfonso X, la reina Doña Blanca que se casará con el rey de Francia, la infanta Constanza que casará con Dón Manuel y Sancha que muere en Acre. Constanza es hermosa y buena y es muy querida de sus padres y Violante le envidiaba por ello. Cuando violante se casa con Alfonso X, su madre teme que si Constanza casaba con algún noble castellano, su hermana Violante le podría producir la muerte. Por lo que hace prometer a su marido en el lecho de muerte, que no la casaría si no era con un rey. Tras la muerte de la reina Violante se produce una gran contienda entre Jaime I y Alfonso X. Y el hermano de Alfonso, el infante Don Enrique, se alía con Don Jaime y le pide a Constanza para casar con ella, prometiendo conquistar el Reino de Niebla. La noticia llega a la Reina Violante, esposa de Alfonso X, que sube en una acémila a sus hijos Fernando y Berenguela y, junto a su capellán, va a buscar a su padre a Calatayud. Su padre, al verla, no la reconoce, pero Violante se deja caer y va hacia su padre dando grandes voces, diciendo a su padre que Constanza le quería arrebatar el reino a ella y a sus hijos, ya que si Constanza se casa con Don Enrique, ella y Alfonso habrán perdido el reino y que si él quería, entre los dos, podían conquistar el reino de Murcia que se había revelado, para entregárselo a Don Manuel y a Constanza. Y el rey Jaime I va a Soria y se ve con Alfonso X, donde firman en el casamiento de Constanza con Don Manuel. Don Jaime viaja al sur para cercar Murcia y Don Manuel se casa con Constanza. El día que se celebra la boda en Calatayud, están 100 monteros alrededor de la Iglesia, recelando que alguien podría venir de parte de Don Enrique, a decir que la infanta ya se había desposado con Enrique, ya que se amaban mucho, y que en otra ocasión, yendo la infanta de un lugar a otro, Enrique se disfraza de palafrenero, y va hablando con ella más de tres leguas. Pero violante consigue que los moros de Murcia hiciesen saber que solo se entrenarían si Don Alfonso prometía no entregarlos a ningún otro señor, y todos los grandes de Castilla, rogaron a Don Manuel que renunciase al reino. Como Don Manuel era hombre, bueno, y leal. Renuncia al Reino de Murcia, diciéndole a su hermano Alfonso X que será bien pagado con cualquier merced que le hiciese. De este modo, Manuel de Castilla y Constanza de Aragón, quedan sin reino, cumpliéndose el temor de la difunta reina Violante El rey Alfonso entrega su hermano Manuel, Elche con una comarca que los moros llamaban el Alofra, que fue siempre un reino y señorio, que nunca obedeció a ningún rey, para que el hijo que tuviese con Constanza lo heredase. Cuando los términos llegan, a oídos de Constanza, vio que era su final, y toma la decisión de viajar a tierra de moros, marchando al puerto de Santa Pola para embarcar. El mayordomo de Don Manuel y otros caballeros a su servicio, desaconsejan a Constanza su marcha, pues el rey de Francia, con quien estaba casada su hermana Isabel, no le acogería para no enemistarse con Alfonso X y Violante, como tampoco la acogerían en Aragón, ya que su padre había muerto, y su hermano tampoco quería enemistarse con el rey de Castilla. Si constanza se iba a tierra de moros, la desonrarían. Como la difunta reina temía, Violante envenena a Constanza con una cesta de cerezas. Constanza de Aragón, fallece en 1275, tomando sepultura en el altar mayor del Monasterio de Uclés, junto a su primogénito Alfonso Manuel, fallecido ese mismo año, y a quienes se les uniría el propio Don Manuel de Castilla, en el año 1283 de nuestro señor. Don Juan Manuel, justifica así la cesión de parte del Reino de Murcia a Jaime II de Aragón, por Fernando IV de Castilla, como devolución de un reino, que no llegó a heredar el hijo de Constanza debido a su temprana muerte. Razón por la cual el propio Don Juan Manuel recibiría como compensación la extensa tierra de Alarcón. De Don Manuel prácticamente la poca documentación que hay no permite saber que era dueño del territorio y también que incluso cede parte del territorio en una de la jurisdicción, a algunos de sus caballeros, y también que cobraba impuestos, y que tenía monopolios de hornos, molinos, etcétera, etcétera, típico de cualquier de cualquier señorío. En teoría es vasallo de los dos reyes, de Aragón y de Castilla, pero en la práctica es prácticamente independiente. Y de hecho, pues se aliará con uno o con otro, según le venga bien en cada momento. Después de la rebelión mudéjar cambia mucho, no solamente la mentalidad de Don Manuel, cambia mucho la mentalidad de Castilla. El propio Alfonso X se da cuenta de que los señoríos tradicionales, las tenencias que habían organizado en el Reino de Murcia, después de la Conquista, habían fracasado estrepitosamente ante el empujón de los mudéjares rebeldes. Tenemos constancia de que atrae pobladores, de que les entrega tierras, de que incluso permite que unos repobladores transmitan las tierras que han adquirido a otros para garantizar que nunca se queden de ciertas las propiedades, y que durante la Edad Media funcionó casi como una monarquía. No solamente ya bajo la dinastía de los Manuel, sino incluso bajo otras dinastías que sucedieron después y que en mucho tiempo, pues mantiene un gran estado fronterizo, que es vasallo en teoría de las dos monarquías, pero prácticamente independiente. A partir del siglo XIII es un cambio. Y cambió sobre todo el mundo mediterráneo. El motor está en la evolución de las ciudades, en la evolución de la burguesía. Esta nueva clase social, pide cambios y pide una participación en el poder. Y encuentra su aliado en los monarcas, y es donde se refugian y buscan sus fuentes de nuevo derecho en el antiguo derecho romano de mil años antes, que establece la primacía de ese poder público, frente al poder privado de los señores. Y eso se plasma paralelamente, y los años casi inmediatos al tratado de Almizra, en dos códigos legislativos, que suelen ser conocidos, pero quizás no se acaba de valorar la importancia que tuvieron, que son las Partidas de Alfonso X el Sabio, en Castilla, y los Fueros de Valencia de Jaime I. Son dos códigos legales, dos conjuntos de legislaciones basadas en la primacía del derecho publico, y que todos los habitantes del territorio de los reinos deben ser juzgados por esas leyes públicas y esa justicia debe ser hecha por la monarquía, por el estado. Por lo tanto es un gran conflicto entre el poder privado señorial y el poder público. Y eso va a coincidir con el tiempo del tratado de Almizra y los cambios de la repoblación y la construcción del Reino de Valencia y del Reino de Murcia. Y marca un período histórico realmente significativo y peculiar, que quizás nos ayude a entender más estos pactos también entre monarquías y por qué llegan a acuerdos y no lo acaban resolviendo en un campo de batalla. Es un poco el problema de la historia de cómo la enfocamos. En estos tiempos se tiende a valorar menos las grandes personalidades. Se piensa que la reflexión sobre las estructuras socioeconómicas es más importante que las acciones individuales. Pero yo creo que un momento histórico como este, el papel de la personalidades en el relieve, debió de ser muy importante. El de los eventos también. ¿Cuál fue el fue el factor decisivo, el que inclinó la balanza en última instancia? ¿Y todas las consecuencias posteriores? Es difícil saberlo.

Intervienen

Aniceto López Serrano
Doctor en Historia e Investigador

Postproductores

Alberto Jesus Garcia Garcia
Alfonso Burgos Risco
Erica Lopez Muñoz
Isaac Ruperez Cano
Jose Maria Laborda Guirao

Realizadores

Alfonso Burgos Risco

Propietarios

UMtv (Universidad de Murcia)

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Serie: La Frontera que Une. El origen de las tierras de 'Los Manuel' (+información)

Documental

Descripción

Mediometraje documental que recrea los acontecimientos y eventos que configuraron la formación de la frontera entre Murcia y Alicante en pleno siglo XIII, con el protagonismo del infante Alfonso por la corona de Castilla y el rey Jaime I por la corona de Aragón, y la influencia de éstos en la formación del Estado de Los Manuel o señorío de Villena.

Incluye las entrevistas a Ángel Luis Molina Molina, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Murcia; Aniceto López Serrano, doctor en Historia e investigador; Aurelio Pretel Marín, doctor en Historia, Investigador y fundador y exdirector del Instituto de Estudios Albacetenses; Enric Guinot i Rodríguez, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Valencia; José Vicente Cabezuelo Pliego, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Alicante y Pierre Guichard, Historiador y profesor de Historia Medieval en la Universidad Lumière-Lyon II.

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