En primer lugar,
me gustaría agradecer a los
organizadores de este curso
de verano sobre terapia celular
su invitación a participar,
muy en particular al doctor
José María Moraleda,
muy hablar del impacto que ha tenido
la pandemia de covid 19
en el programa de donación
y trasplante de órganos,
y también me refirió a los
progenitores en nuestro país.
Todos conocemos el impacto que ha
tenido la pandemia de covid
19 en España.
Sabemos que somos uno de los países
con mayor número de casos
y mayor incidencia acumulada
por 1.000 habitantes.
También conocemos la mortalidad
relacionada con las plazas
nuestro país, con una tasa del uno
por 100 en el momento actual
y con un importante número de
profesionales sanitarios
afectados a lo largo de la pandemia
y a través de sucesivas olas
hemos visto cómo se ha producido
un importante colapso
de nuestro sistema sanitario,
una saturación de nuestra capacidad
de atención a pacientes críticos,
por supuesto, nada comparable con
lo vivido en la primera ola,
a pesar de que fuimos
capaces de aumentar
nuestra capacidad de críticos en un
300 por 100 para hacer frente
a una crisis sanitaria
sin precedentes.
La situación fue tal.
Incluso la Sociedad Española
de Medicina Intensiva tuvo
que emitir recomendaciones para
guiar a los profesionales
en la difícil toma de decisiones
a la hora
de asignar recursos de críticos,
que resultaban escasos para
atender a un número
exponencialmente creciente
de pacientes,
covid 19 en situación crítica,
situación grave por supuesto.
Esto ha tenido un impacto
también importante.
En el programa de donación
y trasplante de órganos,
que tiene lugar en actividad
y tienen lugar fundamentalmente
en cuidados intensivos,
si nosotros comparamos la
actividad de 2020,
los 19 vemos que en donaciones
de personas
fallecidas ha masiva del
veintitres por 100,
en la donación de vivo el descenso
ha sido del veintiseis por 100
en la actividad trasplantadora
el 19 por 100.
No obstante, en esta área positiva
se contienen mensajes positivos
que es importante transmitir,
puesto que ponen de manifiesto
la capacidad de resistencia
y la capacidad de adaptación
del programa de donación
y trasplante en España.
Acabamos el año 2020,
con 37 con cuatro donantes por
1.000.000 de habitantes
y 93 con tres trasplantes por
1.000.000 de población,
tasas de actividad,
que superan con creces lo logrado
por cualquier país
de nuestro entorno.
En época pandémica, además, les
invitó a ver estos gráficos
en la parte izquierda
del área positiva,
la de arriba y la de donación
de órganos; la de abajo,
actividad de trasplante de
órganos, de naranja.
El transcurso de la actividad
por meses
de donación de órganos de personas
fallecidas en 2020
versus el azul, 2019, ven cómo
se produjo un colapso
de nuestra actividad en los meses
de marzo, abril y mayo,
en coincidencia con esa primera
ola, la que antes me refería.
Como a partir del mes de junio
logramos un ritmo de actividad
que se aproxima, si bien
todavía no alcanza
lo registrado en un año de récord,
como fue el año 2019,
lo mismo sucedió con la
idea de trasplantes.
Se produce un descenso dramático
de la edad en los meses de
marzo, abril y mayo,
pero posteriormente se recupera un
ritmo muy razonable de actividad,
lo que pone de manifiesto
nuestra capacidad
de aprender a convivir con esta
situación pandémica.
No obstante, fíjense cómo
todavía en el año 2021
de alcanzar los registrados
en ese año de referencia,
como es el 2019, tiene en donación,
aumentamos aspecto al año pasado,
pero estamos todavía un 24 por
100 por debajo de 2019,
lo mismo sucede en la andadura.
Por lo tanto, nos hemos recuperado,
haga esta situación,
pero todavía estamos lejos de
recuperar nuestra actividad previa
a 2010.
Ha en la lista de espera,
pues fíjense que cuando
acabamos el año 2020
terminábamos un número de
pacientes en lista
de espera para trasplante inferior,
curiosamente inferior al número
de pacientes que teníamos en
lista en el año anterior,
y esto porque es bueno,
pues no se ha producido
un incremento,
afortunadamente importante en
el número de pacientes
fallecidos en mixta, si ha
habido un mayor número
de pacientes que se han excluido
de lista de espera,
porque había empeorado
extraordinariamente su situación
clínica.
Pero lo que es más importante es que
se produjo un descenso muy llamativo
en el número de pacientes
que se incluían lista de espera
para trasplante,
y fundamentalmente, durante
la primera ola.
Estos pacientes, probablemente
por la Primaria
y las actuaciones, medicina
especializada,
no accedieron en el tiempo apropiado
a lista de espera para trasplante,
y aquí se encuentran
fundamentalmente nuestras víctimas colaterales
de la pandemia.
Qué ha ocurrido en el ámbito de
trasplante de progenitores
y éticos?
Pues la verdad es que han sufrido
menos este programa
que el trasplante de órganos
por nuestra capacidad
de congelar productos de crío
preservar y de programar
o de reprogramar los trasplantes,
que se podrían retrasar hasta que
la situación epidemiológica
mejorara de tal forma que el
trasplante de progenitores
y éticos fíjense que solo se
ha producido un descenso
del dos por 100 un descenso en
general es muy razonable
en el número de el porcentaje o en
el número de procedimientos,
con un cuatro por 100 de descenso
y en el número de trasplantes
un descenso del dos por 100.
Por lo tanto una una edad
extraordinariamente razonable
atendiendo a la situación
epidemiológica de nuestro país
y en cuanto a la donación
terminamos el año 2020
con más de 431.000 donantes
registrados,
con 30.600 nuevos donantes inscritos
a lo largo de 2020 con un nivel
de autosuficiencia del veintiseis
por 100 por tanto,
aproximando a los objetivos
que habíamos marcado
para el año 2000 veintidos.
Por lo tanto, el programa de
trasplante de progenitores
y éticos, realmente por por
por sus características
y por el esfuerzo realizado
por todo el sistema,
aguantado de forma mejor el
impacto de la pandemia,
el programa de donación y
trasplante de órganos.
Volviendo a este segundo programa,
cuál es, cuando nosotros tenemos
que hacer frente a la pandemia
durante la primera ola la verdad es
que no teníamos referencias.
Los países asiáticos no habían
proporcionado información
sobre cómo era conveniente
gestionar este programa.
En la zona, la pandemia Italia sólo
nos llevaba dos meses de ventaja
y, por lo tanto, tuvimos que pensar
cuáles eran los obstáculos
que nos podía imponer la pandemia
y tratar de buscar soluciones.
Para superar estos obstáculos,
por una parte,
éramos conscientes de que sobre todo
en las semanas más críticas
se podía producir un descenso en
la potencialidad de donación,
porque por razones todavía
poco claras
se estaba produciendo una reducción
en el número de pacientes
con daño cerebral catastrófico.
Ingresaban en los hospitales,
y, sobre todo aquellos que acudían
a la uci desde la perspectiva
de la donación con todos
los profesionales
de críticos trabajando por
los pacientes covid 19.
Probablemente nos producía una
notificación sistemática
de posibles donantes al ordenador
o el coordinador,
no activaba el proceso del hospital
o teníamos potenciales donantes
que teníamos que indicar la
donación por patología,
y nos encontramos sobre todo en
las semanas más críticas,
numerosos problemas en el
ámbito del trasplante.
Nos enfrentamos a la palabra miedo.
La red trasplantadora se planteaba
si era adecuado trasplantar
en un entorno de transmisión
comunitaria sus ida
y, sobre todo cuando no estaban
bien establecidos,
los libres en los cuales también
en algunos casos
la propia dirección del centro
decidió suspender temporalmente
la andadura por la situación de
saturación en los hospitales.
Hubo exclusiones de lista
de espera por covid,
incluso pacientes rechazaban,
trasplantar en estas circunstancias
y, como en otras actividades,
nos encontramos con muchos
problemas de personal,
pero la fortaleza no viene de lo
que nosotros sabemos hacer,
sino de tratar de superar
esos obstáculos.
En un momento determinado
considerábamos
que era imposible superar nosotros.
En este Brin Stormy, compartido
con ustedes,
tratamos de ver de esos
problemas cuales eran
solucionarlos.
Desde el principio tuvimos muy claro
que teníamos que dar unos
estándares muy claros
para la evaluación y selección
de donantes y receptores;
con respecto a la infección
causada por chasco,
nos tuvimos un comité asesor que
nos ayudó a desarrollar estas
recomendaciones y actualizarla,
sin función,
según aumentada nuestro conocimiento.
Con respecto a la infección
causada el Bursaspor,
esos son los estándares de
selección del donante
que aplicamos en el momento actual.
Lo primero que nos planteamos si
hay un diagnóstico previo
ni si no lo hay, nos planteamos si
hay sospecha clínica de comida
y va; si hay una sospecha,
se descarta directamente la
donación; si no la hay,
realizamos un cribado
universal para sars
CoV dos en función del resultado,
en términos generales,
y el resultado es positivo
descartamos la donación,
y si es negativo la donación,
pero nuestro gran problema o los
cambios que hemos tenido
que ir adaptando progresivamente
son los relativos a proceder.
Cuando tenemos un donante,
un diagnóstico previo,
en el momento actual deberíamos
la donación,
y eso sí si se cumplen criterios
de curación clínica,
más de 14 días, sin síntomas,
y más de 72 desde el inicio
de los síntomas
y más aerosol horas sin, sin además,
hasta hace muy poquito tiempo,
exigía el cribado fuera negativos
clínica y curación microbiológica
pero, conscientes de que hay
personas que pasan la enfermedad y persisten
positiva en el momento actual,
ante un paciente,
ante un potencial donante,
que ha pasado
la criterios de curación clínica en
caso de posibilidad para a veces,
hacemos una valoración
individualizada riesgo y el cribado,
ya lo han deducido de
la presentación,
lo hacemos pcr, preferimos muestra
del tracto respiratorio y muestra,
tenemos que obtener las 24 horas
antes de la donación y la muestra
del tracto respiratorio inferiores
obligatoria en caso de donación
pulmonar intestinal.
El abordaje es parecido
en el donante vivo.
Hacemos un cribado de
manera sistemática
y, si pospone la donación,
si existe confirmación
microbiológica o alta clínica
hasta que se cumplen criterios
clínicos de curación clínica,
idealmente microbiológica.
Igual que exigimos para un fallecido
en el trasplante
o.
En el paciente trasplantado
de la misma manera
se hacía un cribado por pcr,
el tracto respiratorio
antes del trasplante, y el
trasplante se posponen,
si hay alta sospecha clínica o
confirmación microbiológica
hasta que se cumplen criterios
de curación en este caso,
y exigimos días de los síntomas más
de siete días sin síntomas,
e idealmente pcr negativa, pero
ante una pcr positiva,
también haríamos una valoración
individualizada riesgo.
Es importante decir que desde
que comenzó la pandemia,
a pesar de que se han realizado
en el mundo miles
de trasplantes de órganos de tejidos
y de progenitores y éticos,
solo se ha publicado un
caso de transmisión
de la infección a través
de un trasplante,
y, en concreto, de un trasplante
pulmonar,
curiosamente el donante había
resultado negativo Faris
o para retrospectivamente,
se identificó el lavado
Broadway Broadway violar el donante,
presentadas positividad para peces
o, además con un umbral de ciclo de
nueve del umbral de ciclo bajo,
lo que significa alta carga viral.
Los propios autores terminan huyendo
una donación pulmonar,
el cribado, de hacerse como tracto
respiratorio inferior.
Algo está establecido en nuestro
país desde prácticamente
el inicio de la pandemia experiencia
tenemos con la utilización
de órganos donantes que han pasado
la y cuáles son los criterios
que seguimos.
Como nos comentaba antes,
exigimos una clínica
e idealmente curación microbiológica
pero, en caso de persistencia
de la pcr, la posibilidad
para, por pcr,
decidimos o no proceder
con la donación,
atendiendo a la gravedad del
episodio, asumimos menos riesgo,
sino ha exigido ingresos
hospitalarios,
y de los síntomas, umbral
de ciclo de la pcr,
asumimos escaso riesgo; si es
superior a 30 también atendemos
a las ideologías, se ejerce ya
sí con una pcr positivas
y con el trasplante, exigimos,
consentimiento,
informado específico, monitorización
de ese receptor
y notificación de la evolución
a la que hasta el momento
hemos realizado 87 trasplantes
de donantes,
que habían pasado la obra,
de los cuales cinco se han realizado
con órganos o nidos de donantes,
que persistían una pcr positiva
y no se ha notificado
ninguna reacción adversa,
ningún problema en el receptor
atribuible a esta.
Este es un caso, el primer
caso de un trasplante
a partir de un donante que
había pasado la Obi
y persistía una pcr.
Iba a un cuadro sintomático.
Había transcurrido más de
uno de los síntomas.
El umbral de la carrera positiva
obtuvo consentimiento
informado de la receptora, estaba
en una situación crítica,
la receptora cardíaca y a día
de hoy, está por supuesto,
viva funcionando sin ninguna
sospecha clínica o microbiológica
de transmisión de la enfermedad,
ni tampoco si nuestro segundo pilar
para la reconstrucción del programa
ha sido generar evidencia.
Teníamos que saber si los estándares
eran los adecuados y conocer
cuál era el impacto de la enfermedad
en los pacientes trasplantados.
Acabamos de publicar nuestra
experiencia de información.
Recopilar información, pantanos, que
han desarrollado la ahí puesto
que iniciamos una recogida
centraliza la información,
desde el principio de la pandemia
que a lo largo de 2020
se han notificado a las 1.634,
trasplantes de órganos
que han desarrollado
la nueve casi todos más de 1.000.
De estos receptores son receptores
de órganos renales.
Con respecto a la incidencia
de la enfermedad,
la incidencia acumulada
31 de diciembre era del tres
con nueve por 100
en los trasplantados de
órganos sólidos,
en comparación con cuatro
con uno por 100
en la población general.
Por lo tanto, analizado
todo el año 2020,
concluimos que la incidencia
acumulada y el riesgo aparente
de transmisión de la enfermedad en
este colectivo de pacientes
no es mayor el descrito
en la población
general características tienen
los pacientes trasplantados,
la inspecciones hay seis por 100,
son varones, mediana edad,
de 61 años,
y lo importante es que normalmente
transcurre un largo lapso de tiempo
entre el trasplante y la infección.
Una mediana de 71 meses.
Solo el dos con cuatro por
100 de los pacientes
adquirieron la decepción en
el primer paso fíjense
que el 11 por 100 de los casos
han sido nosocomiales
adquiridos en el contexto de brotes
hospitalarios y muy importante
no ha habido ningún caso confirmado
de transmisión de la enfermedad
a partir.
Cuando nosotros comparamos
el abordaje terapéutico
de la covid 19 en pacientes
trasplantados de órganos.
La primera ola definida, como
los casos reportados
o diagnosticados, Julio Versus,
una segunda ola
después del 13 de julio de que
prácticamente ha desaparecido
en la utilización de terapia
antiviral terapia,
un supuesto antiviral del 82 por 100,
ha pasado al ocho por 100,
abandonando sus negros.
Y quina?
Quina de inhibidores de la propia sal
y sólo ha asumido discretamente
la utilización de Spirit?
El tratamiento modulado?
Sin embargo se ha utilizado
en las dos olas,
en aproximadamente la mitad
de los pacientes
esto ha consistido fundamentalmente
en el uso de aires,
se han producido importantes cambios
en el manejo de la inmunosupresión,
pero muy importante en
la segunda ola.
La modificación de la supervisora,
basal, ha sido menos frecuente
que en la segunda ola y el
cambio más frecuencia
ha sido la retirada o el descenso
en la dosis de metabolitos
fundamentalmente cuál ha sido la
evolución general de la serie
desde que la mortalidad ni rápido
ha sido del 21 por 100.
Esta letalidad es supera claramente
la variedad de la población general,
pero cuando la ajustamos por edad
y sexo de la población general
se reduce al 12 por 100.
Viene a decir que la mayor,
la letalidad y despedimos
a los pacientes
trasplantados en comparación
con la población general
probablemente se debe en gran medida
a sus características demográficas,
a lo que deberíamos sumar
la carga de morbilidad,
que desgraciadamente no medimos.
La recogida edad.
Es importante ver cómo ha disminuido
la mortalidad
en la primera segunda,
o la que ha pasado,
del veintiseis al 17 por 100,
un descenso significativo,
sin embargo, nuestra impresión es
que este descenso en mortalidad
se debe a nuestra capacidad de
diagnosticar casos asintomáticos
-olivos sintomáticos,
en la segunda ola,
ver sus aulas es una reducción
aparente de la mortalidad; de hecho,
cuando hemos analizado la
letalidad en pacientes,
que requirieron ingreso
hospitalario, fíjense
cómo se encuentra en torno
al 30 por 100 solas
y cuando analizamos exclusivamente
la mentalidad de los pacientes,
ingreso y es una mortalidad muy
elevada, del 54 el 66 por 100,
en la primera, versus la segunda ola,
respectivamente los pacientes
más graves.
La letalidad no ha disminuido cuando
hemos hecho un análisis
y variados actos relacionados
con la letalidad.
Fíjense, el haber sido diagnosticado
en la primera ola se comporta
como un factor de riesgo,
en un 47 por 100,
pero cuando repetimos este análisis,
muy variado en los pacientes
hospitalizados y también en los
pacientes ingresados en uci,
como posteriormente la fecha de
diagnóstico pierde su valor
como factor protector
o como factor de riesgo.
Este es el análisis en pacientes
hospitalizados,
y este es el análisis en los
pacientes ingresados
para que tengan una idea
de lo ocurrido
en los receptores de progenitores.
También hemos observado a lo
largo de las consolas,
un descenso importante, la letalidad
del 19 al seis por 100,
este descenso de letalidad
lo hemos observado tanto
en los pacientes recibían
un trasplante, auto
-logo, como un trasplante,
pero nuevamente este descenso
en la paridad es aparente,
y tiene que ver con nuestra
capacidad diagnóstica,
mayor en la segunda ola,
en comparación con la primera
ola de la pandemia.
En cualquier caso, lo que está claro
es que este colectivo es un
colectivo vulnerable
y por eso es uno de los grupos de
pacientes que se han priorizado.
La estrategia nacional de vacunación,
frente al Covid 19, por precisamente
por su mayor vulnerabilidad
a la infección causada por este
virus en el momento actual
ya se están viviendo experiencias
sobre cuál es el de una vacuna
de las vacunas en pacientes
de órganos
y, desgraciadamente, su capacidad
de respuesta,
medida en términos de anticuerpos es
menor en la población general,
pero ya tenemos alguna evidencia
de que la administración
de una tercera dosis de recuerdo
podría mejorar la protección
de los pacientes trasplantados
de órganos.
Esto es una serie recientemente
publicada
de 101 receptores trasplante
de órganos sólidos,
que recibirían una tercera
dosis de la vacuna;
errónea mensajero, frente
a sars CoV dos
fíjense cómo la tasa de respuesta
a medida por anticuerpos
pasa el 40 por 100 antes
de la tercera,
dosis al 68 por 100 al mes, de
administrar los refuerzos
y también aumenta de forma
significativa
la el título de cuerpos en serie.
Por lo tanto, probablemente
es una estrategia,
podría valorar si en el
futuro inmediato
y, finalmente nuestra tercera
tercera estrategia para adaptarnos.
Ha sido una gestión adecuada de los
programas de manera adaptada
a la situación epidemiológica.
Nuestro mensaje ha sido
muy clara, muy claro.
El trasplante de órganos,
en particular, es un procedimiento
esencial
que tiene que tener carácter
urgente, no memorable
y, por tanto, la decisión de si
no una donación y trasplante
debe ser una decisión local adaptada
a la situación del centro.
En un momento articular,
llegado y galos a una situación
de sobrecarga,
lo que quiere decir el cine como
un escenario epidemiológico 4,
aquí vamos a priorizar
donación de órganos
de donante sinónimos
de donantes o más,
y el trasplante de pacientes
urgentes en situación crítica
y les detrás a los pacientes
pediátricos,
o los lados.
Pero superar este escenario
epidemiológico
rápidamente tenemos ya iban tan
todos los procesos de donación
y todos los este sistema de
gestión muy simplificado
es el que nos ha permitido
adaptarnos al escenario tan complicado.
Todavía seguimos bien, terminó
con una una frase
que siempre y cuando hablo
de la covid 19
es la relativa a la colaboración,
la colaboración
de todos los profesionales
de todos los grupos,
de todas las administraciones,
que ha sido una de los grandes
valores añadidos
o uno de los efectos positivos
de esta pandemia
con esta frase de Lyndon Johnson,
que siempre leo al revés
y que decía que muy
pocos problemas que podamos resolver
por nosotros mismos.
Pero no hay problema que
no podamos resolver.
Muchas gracias por su atención.