Se evidencia en el propio título
la educación ante los retos
sociales del presente
y el futuro en algunos
planteamientos y premisas esenciales
sobre los que sería deseable
que girara la educación,
para dar respuesta a importantes
retos sociales
en la actualidad mirando
al horizonte futuro
y sin olvidar el motivo que aquí
nos reúne que nosotros,
sino el dar visibilidad a los deseos,
a los Objetivos del Desarrollo
Sostenible
en particular, este foro es la
plataforma que nos permitió
inaugurar las actividades
en torno al objetivo 4,
educación de calidad, resultado
de un Pacto Mundial de la
Organización de Naciones Unidas
que quizá sea bueno
que recordemos de forma más
explícita los propios términos
en los que se define, ya se ha dicho,
pero una de las estrategias
metodológicas es repetir para que
la gente se quede con ello
y, por lo tanto, el objetivo
dice así.
Invertir en una educación
de calidad es básico
para mejorar la vida de las personas
y, por lo tanto, para contribuir
al desarrollo sostenible solo
a través del acceso a la educación
de toda la población
se puede garantizar un crecimiento
económico y social sostenible,
así como una mayor preocupación
y acción.
Respecto al medio ambiente,
la propia ONU señala que,
que se han conseguido grandes
avances a nivel internacional,
la discriminación y la pobreza
mantienen dejadas
a muchas personas de la oportunidad
de obtener una educación de calidad.
Entre los datos que maneja
esta organización
destacan que 750.000.000 de
adultos en todo el mundo,
2 tercios de los cuales son mujeres,
seguían siendo analfabetos en 2016,
1 de cada 5 niños de entre 6 17 años
en el mundo no asiste a la escuela.
Además muchos de los colegios como
bien ha dicho el vicerrector,
o centros educativos
localizados fundamentalmente
en países de desarrollo,
entre los que vuelve a
ser protagonista.
El África subsahariana carecen
de los elementos básicos,
mínimamente imprescindibles
para proporcionar ofrecer
un proceso de enseñanza y
aprendizaje de calidad, entre otros,
cuentan con docentes no cualificados.
Instalaciones inadecuadas
en el imprescindible acceso
a internet ordenadores,
agua potable o electricidad.
Datos más actuales de la UNESCO,
en 2022 sitúan las tasas
de alfabetización
de los países desarrollados entre
las que se encuentra
España en niveles aceptables,
pero destacan que todavía en
el resto del mundo hay
773.000.000 de adultos que no poseen
las competencias básicas
en lectoescritura.
Otro dato a destacar, íntimamente
ligado a la situación,
es que con la pandemia de la COVID
en el año 2020 se calcula que
24.000.000 de estudiantes
que abandonaron el sistema educativo
no van a tener un retorno
a la educación formal,
de los cuales 11.000.000 son niñas
y mujeres jóvenes en España,
aunque la tasa de alfabetización
responde a un porcentaje elevado,
el 98,1 por 100 de la población
mayor de 15 años sabe leer
y escribir, destaca que todavía en
el territorio de nuestro país
existen alrededor de 751.769
adultos analfabetos.
Desde esta misma organización,
la UNESCO y según datos
del Ministerio de Educación
y Formación Profesional,
encontramos una problemática
íntimamente ligada
a la alfabetización en España,
que estaría dificultando llegar
a los niveles deseables
de plena alfabetización.
Somos el segundo país,
después de Rumanía,
que más jóvenes tiene, fuera
del sistema educativo,
así el abandono temprano de
la educación y formación,
que viene ostentando cifras
muy elevadas.
En el caso de nuestro país, llega
a alcanzar, a fecha de 2022,
el 13,9 por 100,
lo que supone un aumento
del 6 por 100 respecto
al año anterior, 2021 marcando
así una tendencia ascendente
que supone una ruptura con
el descenso mantenido
durante los 3 años anteriores.
Si consideramos la distinción
por género,
es destacable la mejora
experimentada en el caso de los hombres,
con un descenso del 2 por 100
con respecto a 2021,
mientras que entre las
mujeres ha aumentado
desde el 9 con 7 al 11 con
2 por 100 en 2022.
Por tanto, se ha roto
la ligera tendencia
a la baja de este indicador
en nuestro país.
Si nos centramos en nuestro
contexto más próximo
y en lo que respecta a las cifras
de abandono escolar temprano,
la Región de Murcia es
lamentablemente la comunidad autónoma
que encabeza la lista en España con
un porcentaje del 18,7 por 100.
En el otro extremo y, como
viene siendo habitual,
dada la gran disparidad existente
en nuestro país entre el norte
y el sur, es el País Vasco,
la comunidad que mantiene una tasa
inferior incluso a la media nacional
5,6 por 100 frente al 13,9
de media española,
queda así evidente que hay todavía
mucho camino por recorrer en general
en esta marcada brecha,
y en particular en el caso
de nuestra región.
Una curiosidad al respecto
es que el dato de abandono
temprano educativo,
que hace referencia al período
de edad comprendido
entre los 18 24 años contrasta
con la cifra de españoles
de 25 a 34 años, con estudios
superiores,
que sube del 48 con 7 a 50 con
5 a igual período en España
y muy muy por encima de la media
de la Unión Europea.
De ahí que a nivel internacional
se comience a considerar que
ya no es suficiente
con una mínima formación
a estas edades,
sino que se hace necesario extender
estos mínimos de educación
acreditados y mantenerse por
toda la población al menos
hasta los 34 años; sin embargo,
el 28 por 100 de personas
en esta edad en España
todavía no tienen un título
de segunda etapa
de educación secundaria,
el doble de la media de los
países de la OCDE.
La educación es una de
las piezas claves
para que un individuo quede al
margen de situaciones de vulnerabilidad,
pueda escapar de la pobreza o no
verse involucrado en condiciones
socioeconómicas desfavorecidas,
pero además,
como se ha documentado claramente,
es clave para posibilitar
el crecimiento económico
de un país que tiene
que competir en un mercado mundial
y que difícilmente podrá hacerlo
sin poner el punto
de mira en la formación y
capacitación imprescindibles
de sus recursos humanos.
Es más evidente en la actualidad
y una reivindicación común
entre los principales organismos
e instituciones
a nivel internacional.
La constatación de la educación
como un derecho así la ONU,
en los documentos de trabajo
de los CDS,
indica la necesidad de poner el
foco en los próximos años
en garantizar el derecho
a la educación
de las personas vulnerables, en
erradicar el analfabetismo
y en promover una educación para
el desarrollo sostenible,
basada en los derechos humanos y
en pautas de vida sostenibles.
En la misma línea, el informe
PISA de la OCDE en 2018
señala que obtener una educación
más equitativa
no es tan solo un imperativo
de justicia social,
también es una manera de utilizar
los recursos de manera eficiente
y de aumentar la fuente de
conocimientos y habilidades
que impulsan la solidaridad y el
crecimiento económico y social.
De ahí que en dicho informe
defienda que el futuro de las
políticas educativas,
una vez que hemos superado la
igualdad y la equidad,
es centrarnos en la Justicia,
entendiendo que todos los estudiantes
pueden prosperar al haberse
compensado las desigualdades
en las oportunidades.
Ahora bien, es preciso
matizar que la ONU,
igual que otras muchas instituciones
sociales,
centran el mensaje en que es
la educación la que tiene
que expandir el mensaje de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible
a todas las esferas de la sociedad
y hacer realidad las
metas que propone.
Esto también ocurre en nuestro país
con la igualdad de género,
con las competencias digitales,
con el emprendimiento,
con la detención de enfermedades
mentales,
y podríamos seguir indefinidamente
porque es habitual encargar
a la educación
la solución de todos los problemas
del mundo en esta línea de análisis,
convendría pararnos a pensar en qué
educación estamos pensando
y a quienes corresponde
en otros términos,
en el papel del docente
y preguntarnos si están preparados
para todo esto,
si están apoyados socialmente, si
se les reconocen sus esfuerzos
muchos pensarán que esto
es otro tema,
pero no es el mismo en tal sentido.
Es conveniente recordar
que el profesorado es un elemento
clave en los centros educativos,
y su influencia, sin duda es decisiva
a la hora de proporcionar una
educación de calidad.
No en vano son los principales
intermediarios
de la enseñanza.
Los estudiantes aprenden de sus
docentes de su calidad
sus visiones y sus modos de
afrontar el trabajo.
Son mediadores en el aprendizaje
que promueven,
pero no siempre se tiene un cuerpo
de docentes de calidad,
como señala el informe PISA 2018.
Un cuerpo docente de gran calidad
es el resultado de unas
decisiones políticas,
deliberadas e implementadas
cuidados en línea
con lo que se acaba de comentar
y, desde mi punto de vista,
perseguir una educación de calidad
es entender una continuidad
y coherencia en la formación
de la profesión docente
y su desarrollo profesional.
Tener una visión de conjunto
y no fragmentada como ocurre
en la actualidad,
este planteamiento conlleva adoptar
una visión continuista
en la carrera profesional docente;
una visión que siguiendo
la literatura
especializada en el tema,
podríamos concebir en
base a cuestiones
como las siguientes.
Que hay que cuidar y reforzar,
en primer lugar,
en el acceso a la formación inicial
con la selección de los
futuros docentes;
en segundo lugar,
con la formación en la universidad
en los títulos habilitantes
en la que son imprescindibles
las prácticas curriculares
y el contacto con los futuros
centros educativos
en los que los docentes
van a trabajar.
En tercer lugar, con el acceso
a la profesión docente,
regulando y actualizando
los concursos
-oposición además de los períodos
de inserción en prácticas
de los nuevos docentes.
En cuarto lugar,
manteniendo una formación continua
que actualice motiva,
motive y atienda las necesidades
del profesorado en ejercicio,
tanto las intelectuales
como las personales,
evitando paliando los riesgos
psicosociales
que provienen de las presiones
de ejercer su profesión
y, en último lugar, pero no menos
importante reconociendo
política y socialmente la
importancia de esta formación del docente
en los distintos niveles
educativos Infantil,
Primaria, Secundaria sin los cuales
no habría médicos ni abogados,
ingenieros ni otros muchos
profesionales,
pero tampoco se le daría la
oportunidad en la vida a aquellos
que provienen de familias
con menos recursos
o contextos vulnerables.
No voy a profundizar
en cada 1 de ellos
porque sería demasiado largo,
pero sí quiero dar algunas
pinceladas a lo largo de mi intervención,
comenzando por que en la línea con
tales argumentos es necesario
reforzar la educación como
bien público común,
como señala la UNESCO en 2021,
atendiendo a los principios
fundacionales recogidos en el informe
de la Comisión Internacional sobre
los futuros de la Educación
bajo el título reimaginar
juntos nuestros futuros
un nuevo contrato social
para la educación.
En concreto, son 5 las propuestas
que de dicho
informe se derivan para
renovar la educación.
Primero, la pedagogía
debería organizarse
en torno a los principios
de cooperación,
colaboración y solidaridad.
Debería fomentar las capacidades
intelectuales, sociales y morales
de los alumnos
para que puedan trabajar juntos y
transformar el mundo con empatía
y compasión.
Segundo, los planes de estudio
deberían hacer hincapié
en un aprendizaje ecológico,
intercultural e interdisciplinario
que ayuda a los alumnos a
acceder a conocimientos
y y que desarrolle al mismo
tiempo su capacidad
para criticar los aplicarlos.
Tercero, la enseñanza debería
seguir profesional
como una labor colaborativa, en la
que se reconozca la función
de los docentes de productores de
conocimientos y figuras clave
de la transformación educativa
y social.
Cuarto, las escuelas deberían ser
lugares educativos protegidos
ya que promueven la inclusión,
la equidad y el bienestar
individual y colectivo,
y también deberían imaginarse con
miras a facilitar aún más
la transformación del mundo
hacia futuros más justos
y equitativos y sostenibles,
y, quinto, deberíamos disfrutar
y acrecentar
las oportunidades educativas
que surgen a lo largo
de la vida en diferentes entornos
culturales y sociales.
Siguiendo estas propuestas y las
premisas antes señaladas,
la sociedad debería dar su lugar
a los profesionales
que educan a nuestros niños
y niñas a los jóvenes
y menos jóvenes, comenzando
por eliminar tópicos
como el que todo el mundo
sirve para educar.
Esto, tal y como lo concibo, está
lejos de ser así el magisterio
y la docencia.
Tendrán que dejar de ser el recurso
de todo aquel que piensa,
que no sirve para otra cosa.
Todo el mundo puede saber transmitir
contenidos mejor o peor,
pero no todos saben educar,
educar y educar desde
la calidad de vida
y desde los parámetros de equidad y
justicia social va mucho más allá,
implica forjar caracteres,
transmitir valores,
ser modelos para las nuevas
generaciones,
ser equitativo y justo,
pero sobre todo enseñar
las herramientas
para que el estudiante sigue
aprendiendo durante toda su vida,
que sea capaz de desarrollar
pensamiento crítico
sobre asuntos complejos que sepa
adaptarse a los cambios sociales,
tecnológicos y políticos,
porque educar de acuerdo
con la profesora
significa ofrecer a los alumnos
la posibilidad de convertirse
en algo más de lo que eran antes
de entrar en la escuela
porque puedan mejorar el
futuro de sus vidas,
y si la educación es la
puerta de entrada
de una distribución social justa,
también debe estar en manos
de aquellos profesionales
que mejores actitudes y aptitudes
tengan para ello
de los más competentes.
En esto se centran las conclusiones
del informe
Emma 15, publicado en 2007,
con el propósito
de ayudar a los países a
mejorar la educación,
conclusiones que se resumen
en 3 puntos.
Conseguir que las personas
más idóneas
para ser profesores entren
en la profesión,
ayudar a los profesores a
desarrollar técnicas eficaces de instrucción
y conseguir que todos los
alumnos puedan aprender
con estos profesores.
Muy buenos datos que se reiteran
en el informe PISA de 2018,
centrado en las políticas
docentes efectivas,
cuando concluye que en los países
con un con un nivel elevado
PISA los que quieren ser profesores
obtienen puntuaciones iguales
o mejores que los que prefieren
otras carreras,
y pone ejemplos como Alemania Hong
Kong Japón Corea Nueva Zelanda
Singapur o Suiza en este sentido
el informe señala
que mejorar la eficacia, la
eficiencia y equidad
en la educación depende en
gran medida de asegurar
que los que desean dedicarse
a la enseñanza
sean personas competentes,
de que su método de enseñanza
sea de buena calidad
y de que todos los estudiantes
tengan acceso
a una educación de excelencia.
Tener buenos docentes
es la clave para mejorar la calidad
de la enseñanza y de la Educación,
un docente que no esté concienciado
con la trascendencia
y las repercusiones de su labor,
que no esté motivado implicado
y formado puede transmitir
conocimientos,
pero no valores, motivaciones
o reflexiones,
no enseña a pensar, a ser crítico
y a ponerse en el lugar de los otros.
En definitiva, entrena pero no educa,
y si eso sin duda se y eso sin
duda se transmite la luz.
Un docente que no entiende su
profesión y sus consecuencias,
que no le gusta,
lo que hace no trabaja en equipo
con sus compañeros,
no participa ni se implica en
la educación del centro;
no busca la calidad de la educación
sino solo el interés propio;
y los centros educativos y los
docentes no funciona.
La inversión económica en educación
es siempre necesaria,
pero no solo eso, países como
Singapur pueden ser ejemplo de ello,
con una financiación entre
las más bajas,
ocupa una muy buena posición
en cuanto a los resultados
educativos.
Muchos informes y estudios son
contundentes en este sentido.
En 2005 el informe Mateos de la OCDE;
nos habla de atraer, contratar,
formar y retener docentes
cualificados.
El informe 15 en 2007
señala que lo fundamental es tener
a profesores cualificados,
y ejemplifica el dato en
países como Singapur,
Corea del Sur y Finlandia,
en donde se reclutan a sus
profesores en aquellos más cualificados.
El Departamento de Educación
del Reino Unido en 2019
señala la necesidad de una
política educativa
en la que se afronte el desafío
de la atracción
de los mejores candidatos
a la profesión docente.
La Comisión Europea, que
ha sido muy prolífica
en documentos sobre la
profesión docente,
como por ejemplo el informe
Euridice de 2018,
las conclusiones del Consejo
del 26 de mayo de 2020,
sobre el personal docente y formador
europeo del futuro,
señala en sus documentos subrayan
sus documentos
la importancia de atraer
y retener candidatos
con alto potencial en la profesión,
a la vez que defienden un proceso
gradual de introducción
en la docencia desde la
formación inicial
hasta el desarrollo profesional
continuo
pasando por una fase de inserción
profesional.
Para finalizar, el último informe
publicado en 2021
respalda la importancia de los
docentes y su profesión
y presta especial atención a
la promoción del prestigio
y la posición de la profesión.
Recordemos que en el Foro Mundial
sobre la educación,
celebrado en la República
de Corea en 2015,
con motivo del Objetivo de
Desarrollo Sostenible,
que aquí nos ocupa,
el Odense 4 La Asamblea reconoció
la importancia de los docentes
para una enseñanza eficaz y se
pronunció un compromiso
para asegurar que los docentes
y educadores
estén apoderados adecuadamente
contratados,
bien formados, profesionalmente,
capacitados,
motivados y apoyados por sistemas
con recursos eficientes,
y bien gobernar es lo que se
denominó la Declaración de en España
parecía que con la publicación
de la última ley educativa,
la Ley, de 29 de diciembre de 2020,
por la que se modifica la Ley
Orgánica de Educación
de 2006,
este era el proceso que se
pretendía realizar.
No en vano aparece explícitamente su
disposición adicional séptima.
La necesidad de impulsar el
desarrollo de la profesión docente
y señala la necesidad de,
en el plazo de un año,
a partir de la vigencia de la ley,
realizar una propuesta normativa
o conjunto de normas que regulen la
formación inicial y permanente,
el acceso y el desarrollo
profesional docente.
Proceso que comenzó con
la publicación un año
después del documento para debate,
24 propuestas de reforma
para la mejora de la
profesión docente,
en el que se trataba de
revisar o actualidad
dentro de la formación inicial,
la normativa de los títulos
universitarios oficiales habilitantes
para el ejercicio de la
profesión docente;
el acceso a Grados en
Educación Infantil
y Primaria y Máster Universitario
en Formación del Profesorado;
el número de plazas ofertadas,
cubiertas y ingresados en dichos
títulos habilitantes
para la docencia o el Prácticum
en cada estudio.
Dentro de la formación permanente.
El acceso a la profesión docente,
tanto en centros públicos
como privados, incluidos los
temarios de ingreso,
acceso y adquisición de nuevas
especialidades,
así como las especialidades docentes
según el cuerpo docente
al que pertenece en el desarrollo
profesional docente.
La carrera profesional docente,
para dar respuesta
a la Ley del Estatuto Básico del
Empleado Público, publicado en 2015,
donde se señala que los funcionarios
de carrera
tendrán derecho a la promoción
profesional,
de ahí que plantearán reformas,
de las que todos hemos oído hablar
en este último año,
y entre las que se encontraban
el marco de competencias
profesionales docentes, las
pruebas de acceso,
los grados de Educación
Infantil y Primaria;
la modificación del acceso
y la oferta del Máster en Formación
del Profesorado;
los cambios de planes de estudio,
un nuevo modelo de iniciación
a la docencia,
el uso del marco de competencia
digital docente
en la formación permanente,
entre otras muchas;
todas ellas reformas ya utilizadas
opuestas en desarrollo
en los países que mejor resultado
están teniendo en la formación
de la profesión docente
y por tanto avaladas por estudios
e investigaciones educativas.
Sin embargo, la bicefalia
de los ministerios,
ministerio de Educación y Ministerio
de Universidades,
de los que dependen todos estos
documentos normativos,
está haciendo la tarea
ardua y complicada.
Entre ellos, falta consenso
y trabajo conjunto,
por no decir comunicación entre
los equipos que se dedican
a echar balones fuera.
Sin tomar las decisiones
que se requiere,
además de las continuas
remodelaciones internas de ambos,
en las que parece que no se
transmite la información de forma correcta,
el tiempo nos dirá en qué termina.
Estamos esperando muchas decisiones
para la regulación de la formación
de los docentes,
pero sin duda una de ellas es la
regulación entre la oferta
y la demanda.
Ahora mismo la oferta en
España está desbocada,
tras la irrupción en el mercado
de las universidades privadas
se sitúa aproximadamente en 40.000
plazas en Infantil y Primaria
y 34.000 plazas en Secundaria
cada año,
mientras que las previsiones de la
demanda del mercado laboral
entre centros públicos y
privados es difícil
que pueda alcanzar ni la quinta parte
no oposiciones que se celebran
cada 2 años.
Esto sin duda no es sostenible
en una sociedad
que debería autorregularse.
La educación de calidad comienza en
los niveles educativos inferiores,
y desde la universidad y la
política universitaria
se tiene.
Ese debe de proteger y cuidar
la formación inicial
habilitante que les dan acceso es en
la universidad donde se crean
a los profesionales que atienden
a nuestros niños y jóvenes.
Aquellos que pueden combatir las
altas tasas de abandono escolar
temprano, de las que hemos hablado
me reiteró en el argumento.
Si nuestros profesores de infantil,
primaria o secundaria,
todos nosotros no estaríamos aquí ni
nos estaríamos dedicando a esto,
educar con calidad no es solo
aportar oportunidades a nuestros educados,
es ser coherente y responsable,
y creer que lo que estás haciendo
contribuye a mejorar tu trabajo,
a mejorar la sociedad
en la que vivimos
es no buscar constantemente premios
o reconocimientos personales,
sino trabajar para los demás,
anteponer las necesidades del grupo
de la sociedad a las tuyas.
Yo particularmente, estoy convencida
de ella y la necesidad
de que todos sumemos para mejorar
la educación en su calidad.
No se puede perseguir una
educación de calidad
si no se creen.
Muchas gracias.