Idioma: Español
Fecha: Subida: 2010-08-28T00:00:00+02:00
Duración: 11m 39s
Lugar: Espinardo - Facultad de Veterinaria - Sala de Disección de Anatomía Veterinaria.
Lugar: Curso
Visitas: 21.681 visitas

Esqueleto de la cara en bóvidos y cánidos

Área de Anatomía y Embriología Veterinarias

Descripción

Área de Anatomía y Embriología Veterinarias. Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparada. Facultad de Veterinaria de Murcia. Proyecto de Innovación Docente para el desarrollo del Campus Virtual de la UMU

Transcripción

En este vídeo vamos a analizar las principales diferencias que existen en relación al esqueleto de la cara comparando el caballo con el vacuno y con el perro. En primer lugar, resaltar que los huesos que integran el macizo facial del esqueleto del vacuno son los mismo que los referidos en el caballo. En esta preparación, donde hemos hecho un montaje articulado de los diferentes huesos que integran el esqueleto cefálico de la vaca, podemos apreciar la situación de los diferentes huesos. Por una parte, referimos la porción nasal y orbitaria del frontal. Vemos los huesos nasales, el hueso incisivo, el maxilar, el lagrimal, el cigomático y, conformando el interior de la cavidad nasal apreciamos todo el desarrollo del hueso etmoide con su laberinto etmoidal, vemos el hueso vómer con su surco correspondiente, y vemos también la situación de las conchas nasales. Como diferencias más importantes, vamos a destacar las siguientes. En relación a los huesos nasales, destacar que estos no terminan de forma tan puntiaguda como sucedía en el caso del caballo. Respecto al hueso incisivo, conviene resaltar un detalle importante y es que los rumiantes no desarrollan dientes incisivos superiores. Por esta razón no existe una apófisis alveolar en los correspondientes huesos incisivos. Al no existir dicha apófisis, tampoco se configura el canal interincisivo y su lugar es ocupado por una gran fisura interincisiva. Respecto al hueso lagrimal, conviene que vemos dos circunstancias. Por un lado, el mayor desarrollo de la superficie o cara facial. Y por otro lado, el desarrollo hacia la órbita de unas proyecciones óseas de paredes finas que reciben el nombre de bullas lagrimales. Esta bullas lagrimales podemos apreciarlas en esta preparación donde vemos como parte del suelo de la órbita es ocupado por esta especie de pompa ósea que recibe el nombre de bulla lagrimal. Esta bulla lagrimal esta hueca y será una prolongación caudal del seno maxilar que también ocupa el interior del hueso del mismo nombre. En relación al hueso cigomático, debemos referir por un lado, el menor desarrollo de la apógisis temporal del cigomático que se une a la cigomática del temporal para conformarnos el arco cigomático, como sucedía en el caballo, pero aquí destacamos la existencia de una segunda apófisis que recibe el nombre de apófisis frontal del hueso cigomático. Cómo podemos observar, esta apófisis frontal en la que establece unión articular con la apófisis cigomática del hueso frontal. Respecto al maxilar, conviene destacar la situación más rostral del agujero infraorbitario prácticamente a la altura del primer diente premolar. Y por otro lado, la ausencia de cresta facial que es sustituida por un tubérculo o tuberosidad facial. En la conformación del paladar óseo, por una parte, referimos la estrechez que presentan las apófisis palatinas del incisivo que van unas amplias escotaduras palatinas, un desarrollo bastante considerable de las apófisis palatinas del maxilar y sobre todo el mayor desarrollo que ofrece la lámina horizontal del palatino. En estas láminas no solamente se abren los agujeros palatinos mayores, sino que incluso podemos apreciar la existencia de algunos pequeños orificios que reciben el nombre de orificios palatinos menores. Asimismo, la lámina perpendicular del palatino es muy extensa, es muy amplia, y junto con una tuberosidad maxilar más estrecha o más alargada van configurando unas fosas pterigopalatinas mucho más estrechas y profundas que la que estudiamos en el caso del caballo. En los pequeños rumiantes y concretamente en el ovino, conviene destacar en la superficie o cara facial del hueso lagrimal la presencia de una fosa. Esta fosa que se describe en el hueso lagrimal recibe el nombre de fosa lagrimal externa y sirve para que ahí se instaure una glándula cutánea llamada seno cutáneo infraorbitario, que va a servir como marcador territorial en estos pequeños rumiantes. En lo que se refiere al perro, conviene destacar que aunque los huesos del macizo facial van a ser los mismos que los descritos en el caso del caballo, su conformación va a variar dependiendo de la raza. Como podemos apreciar, en las razas braquicéfalas el desarrollo del macizo facial es mucho más corto que en las razas que presentan un alargamiento de dicho macizo. Además de esta diferencia respecto a conformación en relación con la raza, conviene referir algunas diferencias de accidentes que hemos descrito tanto en el caballo como en el vacuno. Por un lado, en primer lugar observamos el gran desarrollo de los huesos nasales en el perro, que terminan formando una clara concavidad. Respecto a las porciones nasal y orbitaria de frontal, simplemente destacar el mayor desarrollo de la superficie orbitaria del frontal. Respecto al hueso lagrimal observar que la cara facial está muy reducida, prácticamente ausente en el caso de los felinos. Y que la cara orbitaria, al igual que en todas las especies, presenta su fosa lagrimal con su correspondiente agujero y canal lagrimal. Una diferencia interesante corresponde a lo que es el hueso cigomático donde vemos un gran desarrollo de la apófisis temporal del cigomático, y asimismo, apreciamos un desarrollo pero mucho más escaso comparado con el vacuno, de la apófisis frontal del cigomático. Como ya referimos en la bóveda del cráneo, la apófisis cigomática del hueso frontal y la apófisis frontal del hueso cigomático quedarán unidas en el animal vivo por un ligamento orbitario que completará el trayecto circular de la órbita. Respecto a la conformación del paladar duro, destacar que en este caso el hueso incisivo presenta su correspondiente apófisis alveolar donde se implantan los dientes incisivos. Por lo tanto, al igual que en el caballo, se describe un canal interincisivo también para el paso de formaciones vasculares. Referimos las escotaduras palatinas que se describen en todas las especies, el gran desarrollo de las apófisis palatinas del maxilar y como sucedía en el vacuno, un amplio desarrollo de las láminas horizontales del palatino. Como la tuberosidad del maxilar va a estar menos desarrollada, en esta especie observamos que la fosa pterigopalatina es mucho más amplia que la referida en el vacuno y que también la mencionada en el caso del caballo. Aunque se siguen abriendo los tres mismos orificios descritos en el caso del équido. Respecto a la conformación de la cavidad nasal, destacar que en el caso del vacuno existe un gran desarrollo de la concha nasal media comparada con el caballo. Dorsalmente a ella se sitúa la concha nasal dorsal, bastante más ósea que en el caso del caballo y ventralmente vemos desarrollado, muy desarrollado el hueso de la concha nasal de ventral. La podemos apreciar en esta imagen rostral como dicha concha, dicho hueso de la concha nasal ventral en ofrece una doble espiral. Completan esta cavidad nasal, como en el caso del caballo, el hueso vómer, el resto de volutas que conforman el laberinto etmoidal y la lámina perpendicular del hueso etmoide. Estas han sido las diferencias fundamentales que se describen en la conformación del esqueleto de la cara y, concretamente, de los huesos que integran el macizo facial. En un próximo vídeo analizaremos las estructuras que conforman los huesos de las mandíbulas y los huesos que constituyen el aparato hioideo.

Intervienen

Francisco Gil Cano
Gregorio J. Ramirez Zarzosa
Jose Maria Vazquez Auton
Maria Dolores Ayala Florenciano
Octavio Miguel Lopez Albors
Rafael Manuel Latorre Reviriego

Realizadores

Ana Isabel Merino Jimenez
Maria Inmaculada Lopez De Molina Martinez

Propietarios

UMtv (Universidad de Murcia)

Publicadores

Francisco Gil Cano
Octavio Miguel Lopez Albors

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