Idioma: Español
Fecha: Subida: 2020-12-10T00:00:00+01:00
Duración: 13m 41s
Lugar: Salón Hermenegildo Lumeras de Castro - Salón Hermenegildo Lumeras de Castro
Lugar: Conferencia
Visitas: 1.371 visitas

Sabes, Sientes, Haces: la comunicación en el Covid-19

José Carlos Losada Díaz

Descripción

La Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i), perteneciente al
vicerrectorado de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia
(UMU), organiza una mesa redonda para tratar todos aquellos aspectos
relacionados con el impacto y los efectos que la pandemia del COVID-19 está
causando en la población.
De la mano de expertos y expertas de distintas disciplinas de la
Universidad de Murcia, abordamos la crisis actual del coronavirus.

Transcripción

Continuamos, la recta final de ponencias con José Carlos Losada Díaz, Profesor Titular de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Murcia. No acompaña la ponencia, sabe sientes, haces la comunicación en el covid 19. Buenos días y muchísimas gracias al Vicerrectorado por la invitación. Muchas gracias a José Manuel, por supuesto, al final, siempre, y a Ricardo por toda la ayuda técnica durante estos días. Yo voy a hablar de esas tres palabras que figuran aquí las voy a intentar mezclar porque voy a hablar no voy a hablar de la parte sanitaria, sino todo lo que está detrás o de fondo de la parte sanitaria, saber saber, sentir y hacer forma parte de la misma ecuación y formaban parte del concepto esencial del que vea hablar aquí, que es el de la comunicación. Empezar por aquí este es un tweet reciente, apenas tiene cuatro o cinco días, no tengo el gusto de conocer a Patricia Fernández, de Lis, es una periodista directora de materia, que es una web de noticias de ciencia y decía hace cuatro o cinco días lo siguiente. El martes salía de la sede del país y cogió un taxi. El taxista me preguntó. Oye, tú eres periodista cómo ves esto? Le dije que por primera vez era optimista que los datos de las vacunas eran muy alentadores y respondió muy. Yo eso no me lo pongo, y tú bien, me ha parecido especialmente revelador, porque ese tuit y todo lo que genera tuviese esa conversación entre un taxista real y una periodista nos devuelve a la realidad más evidente que ahora seguramente nos enterrarán con la llegada de la vacuna y todas las preocupaciones que la gente le pueda generar. Ese tuit demuestra que hay un concepto mucho más importante o tan importante como las cuestiones epidemiológicas o sanitarias, como es lo que la gente piensa de lo que está pasando, y eso depende mucho de qué es lo que estamos contando para que piense o siguiente forma. Esto es la Organización Mundial de la Salud lo tenía claro hace ya 16 años, cuando decidió decir subdirector general en su momento ha llegado el momento de reconocer que la comunicación es tan esencial en el control de las epidemias, como los análisis de laboratorio y la epidemiología. Partimos, por lo tanto, de que la Organización Mundial de la Salud, en la que habría que hablarlo detenidamente, probablemente decidió hace 16 años dejar claro y establecer unas pautas, unas, para establecer cuáles son la fórmula adecuada para comunicar en situaciones de crisis mucho antes de llegar las redes sociales, etc. Así que partimos de este hecho y partimos de algunas conclusiones iniciales para dar paso a la investigación que hicimos durante la primera hora del coronavirus hace ahora seis meses. La primera de las ideas, de las premisas sobre las cuales basamos nuestra investigación, de la es la siguiente. No existe gestión de crisis, una crisis y de una alerta sanitaria como la actual, sin comunicación no existe, no existe la posibilidad de que exista sin una intervención mejor o peor de la comunicación, si es posible hacer una mala comunicación y creo que somos testigos en algunos contextos, situaciones, personas, etc. De que sí que se puede hacer una mala comunicación y los efectos que ello genera. En primer lugar, una mala comunicación debe proporcionar restablecer o crear la confianza en aquellos que deben gestionar en este caso la pandemia o la crisis sanitaria. Si no tenemos confianza en quien gestiona, es imposible que sigamos las pautas que ellos no recomiendan. En segundo lugar, y no menos importante, sólo con una adecuada comunicación a todos los niveles podremos saber estar cerca de saber qué es lo que a la gente le interesa, que es lo que la gente desconoce y, sobre todo, qué es lo que la gente le asusta, sus emociones, algunas primitivas que solo queda pie probablemente buena parte de esos comportamientos, de sus conversaciones y, por lo tanto, de lo que acaban haciendo. Así que, si tenemos en cuenta esto, podremos llegar a la conclusión y digo que no deja de ser una premisa inicial de que una comunicación adecuada con una comunicación profesional no politizada, no exagerada, que no minimice, conseguiremos que la gente esté mejor orientada, que esté más motivada que estoy dispuesta a renunciar, es decir, justo exactamente lo contrario que conseguimos después de la primera ola. Como decía, todo esto, las organizaciones supranacionales sanitarias lo tenían claro cuando decían que una adecuada comunicación ellos lo llaman comunicación diligente, acaba proporcionando lo que en realidad queremos, que la gente se comporte adecuadamente para que para dos cosas muy esenciales, que se proteja a sí misma y proteja a los suyos. Esto es lo que tenemos enfrente a una crisis, alguna alerta sanitaria como la actual, sin precedentes recientes. Bien, pues con todas estas premisas que para los que investigamos en comunicación de crisis son esenciales o naturales, son corrientes, nos enfrentamos a la necesidad de tratar de evaluar lo que estaba pasando, la comunicación que estaba sucediendo. Así que un grupo de investigadores de la Universidad de Nebrija y de la Universidad de Málaga, compañeros y colegas durante el confinamiento, empezamos a preparar una investigación hay que tratar de trataría no de estudiar las fuentes de información, es decir, el Gobierno, las comunidades autónomas, no tampoco los mensajes ni los canales, sino la percepción que la gente estaba manejando en ese momento, sobre lo que estaba ocurriendo y la forma en la que afectaba, porque entendíamos que ello de ello derivaría las conductas que después adoptaría. Así que teniendo en cuenta estos hechos y como digo, en la primera, en la primera hora de la pandemia, concretamente esta investigación comenzó el veintitres de marzo y finalizó el ocho de abril, período en el cual recogimos, a través de una muestra, a través del modelo de bola de nieve generado a partir de las redes sociales, de la mensajería electrónica, todas las personas que pudieran contestar a un cuestionario realizado previamente preguntas, etc. Etc. Al final, conseguimos una cifra que en comunicación no es nada desdeñable. Son 1.800 veintitres encuestas en todo el territorio nacional, válidas después de filtrarlos por personas con internet mayores de edad y residentes en España, las 1.800 veintitres encuestas no conozco ninguna otra que se haya realizado en España; al menos de esta dimensión conseguimos una serie de conclusiones basadas en los siguientes objetivos. Necesitábamos o queríamos saber cuáles eran los canales que la gente utilizaba para informarse sobre la pandemia, cuáles eran los temas que más interés generado en ellos, cuáles eran las fuentes más creíbles o menos creíbles para informarse de lo que estaba sucediendo, y cómo les afectaba el uso de las fake news, las de los bulos de la información oficiosa que pudiera ser mentira y, por último, como algo casi decorativo, la valoración que estaban haciendo de la comunicación del Gobierno, en este caso durante la primera ola de la pandemia. Con arreglo a estas circunstancias se han adherido otras. Se ha extrapolado este estudio a tres países más que están trabajando sobre los datos, pero con la misma encuesta Colombia, Perú y Ecuador están trabajando con las, con la misma encuesta, proporcionando datos que luego serán comparados con los tengamos todos. Ya ha tenido resultados, ya se ha publicado y pueden ser públicos para toda la comunidad universitaria y toda la comunidad académica y científica, pero me ha apetecido en este rato traer al menos -3 diapositivas tres slats, que resumen un poco algunos de los datos más importantes que demuestra esta investigación. La primera. Hay muchos datos en este área positiva, voy a quedarme con alguno de ellos. Por ejemplo, las fuentes oficiales siguen siendo las fuentes más creíbles para la población, es decir, la gente distingue muy bien qué es una fuente oficial. En particular, una de las webs que podría parecer un canal anticuado y no lo es y, sin embargo, solo la mitad de la población considera a los medios de comunicación como una fuente fiable. Junto a Thomas de esta misma línea positiva, el 93 por 100 de la población reconoce reconoce haber recibido un bulo al menos un muro, durante la pandemia. Además, se comparaba este dato. Nos pareció curioso que la práctica totalidad de la gente, que reconoció haber recibido, reconoce también que los ha contrastado, y, al contrario de lo que pudiera figurar, podría parecernos a día de hoy, no lo comparaba no lo contrastaba con sus amigos, con sus cuñados o con sus familiares, sino que contrastaba con las fuentes oficiales. Aparentemente ese era su discurso y que el 70 por 100 de la población nunca ha preguntado una fuente oficial, dudas, contraste de opiniones, solicitud de información. El 70 por 100 de la población en España no lo ha hecho nunca. Una segunda de positiva nos muestra esto. Cuáles son las emociones, porque hay un componente fundamental en la comunicación y sobre todo en situaciones críticas, como son las emociones que maneja la gente, sobre todo en base a la emoción. Nos comportamos, no, y las apenas se conductas humanas que estén ajenas a cierta carga de emoción más en una situación tan delicada como esta. En la que en mayor o menor medida todos nos sentimos un poco amenazados, bien, pues éstas, las que figuran en la parte superior son las emociones que la gente destacaba como las fundamentales. La primera de todas es esta. La tristeza hablamos de la primera ola, probablemente este estudio en la segunda ola hubiera arrojado datos diferentes y a un nivel similar, la ansiedad y el miedo, pero nos importaban no sólo esta emoción por sí misma, sino el modo en que esta moción se generaba a partir del uso de algún medio en particular de algún canal de comunicación, y nos encontramos que la emoción que fundamentalmente proporcionaban todos los canales era siempre el miedo, pero un canal por encima de todos los demás. La televisión, el 72 por 100 de la población en España asegura que el sentimiento que le genera el uso de la televisión como el canal que más utiliza, es miedo; la única fuente de información, las únicas dos fuentes de información que proporcionan ciertas dosis de emociones positivas son. La radio, las webs, oficiales o institucionales que proporcionan emocionalmente tranquilidad. Todas las demás proporciona fundamentalmente miedo, un porcentaje muy importante de la población, ha utilizado, sobre todo, la televisión para informarse, y los medios de comunicación, el 80 por 100, pero el 88 por 100 de la población reconocía que ha utilizado una o varias redes sociales durante el confinamiento, el 88 por 100 de la población individualmente cada una de esas redes sociales. La primera de ellas Twitter no era tan importante, sino el conjunto de todas ellas. Una tercera idea positiva y una última idea positiva sería está aquí nos interesaba un paso más allá en las emociones. Nos interesaba destacar hasta qué punto las emociones serán importante en la toma de decisiones, en la percepción que la gente tuviera y nos dimos cuenta de que en los mensajes mejor valorados el apoyo emocional era importante. En el 77 por 100 de los casos, el apoyo emocional en los mensajes del Gobierno, el apoyo emocional no era información ni irracional ni práctica ni útil, y, en segundo lugar, que la empatía era la característica más destacada que les gustaba que les agradaba. Sobre la comunicación del Gobierno, mucho más que la transparencia, mucho más que la veracidad, la empatía, ponerse en el lugar del otro, estás es, por lo tanto, la fotografía emocional de la que se deriva probablemente esto que nos ha ocurrido la primera ola, el vacío y la segunda ola hay más ingredientes que explican que esto haya ocurrido y que probablemente explique que esto no vaya a volver a ocurrir. Eso pensábamos, pero la comunicación es un arma que puede ser utilizada para multiplicar el efecto o para disminuir, al menos en la percepción de la gente y sus conductas posteriores en la protección o en su desprotección. Esto me devuelve al lugar por el que empezamos. Patricia Fernández decía en sus tuits cuando me bajé del taxi dijo. Pues igual tiene razón ahora lo veo más claro y añadía transparencia empatía humildad ponerse en el lugar de quien no tiene información y teme por su salud, la de los suyos. De verdad que no es tan difícil sí? Muchas gracias.

Propietarios

UMtv (Universidad de Murcia)

Publicadores

Carmen Pilar Martinez Fernandez

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causando en la población.
De la mano de expertos y expertas de distintas disciplinas de la
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