En esta práctica vamos a identificar
los principales músculos
implicados en la expresión
facial o mímica
y en la elevación y descenso
de la mandíbula,
es decir, en la masificación. Estos músculos
en un principio, se pueden agrupar
en dos grandes sistemas
neuromusculares. El sistema neuromuscular
facial y el sistema neuromuscular
masticador. En la práctica
haremos una descripción topográfica
describiendo los músculos
que se sitúan
en las distintas regiones
de la cabeza
y señalando las estructuras
vasculares y nerviosas
que se topografían con estos últimos.
Al retirar la piel,
una de las primeras estructuras
que debemos destacar
es el músculo cutáneo de la cara.
Este músculo cutáneo de la cara
presenta una extensión diversa,
dependiendo del individuo,
y va cubriendo parcialmente
tanto los músculos masticadores
como buena parte de los
músculos faciales.
El músculo cutáneo de la cara termina
insertandose hacia el ángulo de la boca.
Y este fascículo de inserción
que corresponde a una zona
más engrosada de dicho músculo
recibe también en nombre de músculo
retractor del ángulo de la boca.
Comenzando en la región más caudal
del plano cefálico,
también podemos describir un
músculo que va cubriendo
a una de las principales glándulas
salivales del caballo.
Esta glándula salival
corresponde a la glándula parótida
y el músculo que la va recorriendo
parcialmente es decir en nombre
de músculo parotidoauricular.
El músculo parotidoauricular es
un músculo que al contraerse
va a desplazar ventralmente
el pabellón auricular
y es un músculo
perteneciente al sistema
neuromuscular facial. Inmediatamente
rostral al músculo parotidaauricular
nos encontramos con el gran músculo
masetero. El músculo masetero
pertenece al sistema neuromuscular
masticador.
Es un músculo elevador
de la mandíbula
y en esta preparación vemos su
porción superficial caracterizada
por una dirección ventrocaudal
de sus fibras musculares.
Este músculo presenta
una potente fascia,
una potente aponeurosis que
refuerza su función
y es interesante por varios motivos.
En primer lugar, porque toma origen
en la cresta facial. La cresta facial
era este saliente
óseo que se prolongaba por el
hueso cigomático, por el hueso maxilar
y es un músculo que termina
inserto en la fosa masetérica.
Pero sobre todo es interesante
por varias circunstancias.
En primer lugar,
porque sobre su superficie va
discurriendo el nervio facial,
concretamente los ramos bucales del
nervio facial. Estos ramos bucales
del nervio facial solamente
van protegidos por la piel
de tal manera que cualquier golpe
o presión en esta zona
puede originar una parálisis
de dicho nervio.
En segundo lugar, también
destacamos en la parte
más dorsal del músculo el trayecto
de importantes formaciones vasculares
y nerviosas.
Concretamente, destacamos
la existencia de la vena
transversa de la cara, de la arteria
transversa de la cara
acompañado del nervio transverso de la cara.
Si nos dirigimos hacia un plano rostral
podemos describir a continuación
una serie de músculos faciales.
Así, desde la región infraorbitaria parte hacia
la boca y hacia el ollar,
un músculo
aplanado que se conoce con el
nombre de músculo elevador
nasolabial. Este músculo elevador
nasolabial presenta
dos fascículos
en su zona de inserción.
Un fascículo dorsal,
llamado también fascículo nasal
y un fascículo ventral
conocido con el nombre de fascículo
labial. Como su nombre indica,
es un músculo que va a intervenir
en la elevación del labio
y en la dilatación del ollar. Estos
dos fascículos, el labial
y en nasal, se
desarrolla en el caballo
porque entre ambos se interpone el
conocido como músculo canino.
El músculo canino
ofrece una disposición triangular
con una base amplia
que se inserta en el ollar
para dilatarlo
y un vértice que se prolonga con
un tendón que se origina
en el extremo de la cresta facial.
Interesante también destacar
que este músculo elevador nasolabial
va cubriendo a otro músculo
muy importante
relacionado con la elevación
del labio superior.
Se trata del músculo elevador
de dicho labio
o elevador del labio superior,
que describiremos posteriormente cuando
retiremos completamente
ese músculo elevador nasolabial.
En un plano más ventral
destaca un músculo muy poco
desarrollado en el caballo
que también termina hacia
el ángulo de la boca.
Este músculo escasamente
desarrollado,
que procede de la fascia masetérica
y también de la cresta facial,
corresponde al músculo cigomático.
Su contracción
a originar que se produzca
una retracción
también del la rima o del
ángulo de la boca.
El músculo cigomático
se continúa con otro gran músculo
que forma la base anatómica
del carrillo
y que corresponde al músculo
el buccinador. El músculo buccinador
veremos que tiene dos porciones
la que
estamos describiendo corresponde
a la porción superficial
o porción bucal de este músculo,
Se trata de fibras peniformes
que van terminando sobre un
tendón y van confiriendo al músculo
un aspecto de pluma de ave. La porción
más profunda del músculo,
la porción molar, la descubriremos
na vez retiremos el músculo
masetero.
Otro de los músculos implicados
los movimientos de los labios
corresponde al músculo depresor
del labio inferior.
Se trata de un músculo íntimamente
unido al buccinador
pero que en su extremo rostral
se separa para insertarse
en el labio inferior.
Como su nombre indica, este músculo
va a da lugar a la depresión
o al descenso de dicho labio. Y es interesante
porque va cubriendo al agujero mentoniano
que da salida a este nervio
que estamos viendo
aquí hay que es el nervio mentoniano. Nervio
sensible que recoge
toda la sensibilidad del
menton, de la región mentoniana.
Estos músculos que acabamos de
describir podemos también
apreciarlos en buena medida en
esta otra preparación.
Si nos fijamos de caudal a rostral tenemos
el músculo parotidoauricular,
enemos el
músculo masetero
con los ramos vocales
del nervio facial,
las formaciones transversas
de la cara,
la vena replecionada de color
azul, la arteria de rojo
y el nervio transverso de la cara.
Observamos dorsalmente el trayecto
de músculo elevador
nasolabial cubriendo el elevador
del labio superior.
Vemos el escaso desarrollo
del músculo cigomático.
Hemos dejado restos del músculo
cutáneo de la cara,
su fascículo que se inserta
en el ángulo de
de la boca
para formar el retractor del ángulo.
Y por último, vemos estrechamente
vinculado al buccinador
el músculo depresor del
labio inferior.
Cuando retiramos la parte
del músculo cutáneo
de la cara que va cubriendo la
escotadura de los vasos faciales
es cuando descubrimos la importancia
de esta escotadura para el paso
de tres estructuras relevantes.
En esta preparación, una vez
retirado ese músculo cutáneo
de la cara, en relación con
el borde rostral del masetero
y, por lo tanto, en relación con esa
escotadura que describíamos en
la mandíbula del caballo
y también del vacuno, las esdotadura
de los vasos faciales.
podemos ahora identificar fácilmente
las tres estructuras
que discurren por dicha escotadura.
La más rostral la arteria
facial, a continuación
la vena del mismo nombre
es decir, la vena facial
y por último, el conducto
parotidio. Este conducto
procede de la glándula parótida,
recorre medialmente la mandíbula
y termina atravesando el músculo buccinador
para desembocar en el vestíbulo
de la boca.
Completan los músculos faciales
una serie de estructuras
que se configuran también en
relación con la boca o con los orificios naturales
de la cabeza en relación
con el ollar, con la boca
e incluso en relación con el ojo.
En esta preparación se puede observar
que además del músculo cigomático,
del músculo elevador nasolavial,
con sus dos
fascículos el labial
y el nasal interponiéndose entre
ellos el músculo canino,
podemos observar perfectamente
cómo en la base
de los labios se interpone o se
intercala el músculo orbicular de la boca.
Es un músculo a modo de esfínter que
va rodeando toda la boca
y por lo tanto, participando en
el movimiento de los labios.
Asimismo, en relación con
el globo del ojo
vemos el músculo esfínter o el
músculo orbicular del ojo.
Un esfínter que se sitúa también
en los párpados
e interviene en el cierre de
los mismos. Y dorsalmente
a ese músculo orbicular del ojo
podemos apreciar en esta preparación
el trayecto del músculo retractor
del ángulo medial del ojo.
Los músculos faciales
se completan por otra serie
de músculos auriculares
que quedan situados dorsalmente.
Antes descibimos ya el músculo
paotidoauricular.
Ahora estamos haciendo referencia
a unos músculos
que se sitúan más dorsalmente y
que intervienen en los movimientos
de dicho pabellón. Pues bien,
por debajo de estos músculos
parotidoauriculares
vamos a destacar otro
importante músculo
masticador.
Se trata del músculo temporal.
Este músculo temporal está
recubierto por una potente fascia,
se va originando la fosa temporal
y termina inserto en la apófisis coronoidea
de la mandíbula
con lo cual interviene también en
la elevación de dicho hueso.
Hasta el momento, y como
pertenecientes
al sistema neuromuscular,
hemos descrito masticador, hemos descrito
el músculo masetero
y hemos descrito el músculo temporal.
Estos dos músculos están inervados por ramos
del nervio mandibular.
Todos los músculos restantes que
hemos nombrado en el plano facial
corresponden a músculos integrados
en el sistema neuromuscular facial.
es decir, invervados
tanto por los ramos bucales
del nervio facial
como por los ramos lbucolabiales del nervio facial.
Es decir, los ramos de este
nervio que se prolongan
rostralmente hacia el hocico del animal.
Otras estructuras vasculares
importantes
relacionada con este plano anatómico
que estamos estudiando,
corresponden a los dos grandes
troncos venosos
que van a configurar la
vena yugular estrena.
En esta preparación conservamos
la glándula parótida,
pero hemos retirado el
músculo parotidoauricular que la recubría
y hemos retirado el músculo
cutáneo de la cara.
Exponiéndose claramente la vena maxilar
y la vena linguofacial.
Tanto esta vena linguofacial como esta vena maxilar
son las principales
tributarias del riego venoso
de la cabeza del caballo que van
a confluir para conformarnos
la vena yugular externa.
En esta preparación que mostramos
aquí podemos ver perfectamente
el enorme desarrollo que alcanza
el músculo temporal.
En este caso al seccionar
la parte superior,
el borde superior de la órbita y
parte del arco cigomático,
apreciamos cómo este músculo temporal
desde la fosa termina inserto
en la apófisis coronoidea de la mandíbula.
Asimismo, exponemos la articulación
temporomandibular.
Hemos seccionado completamente
en esta parte
caudal el músculo masetero
exponiendo a la fosa masetérica,
y la preparación nos interesa para
referirnos a este músculo.
Este músculo es el elevador
del labio superior,
pertenece al sistema neuromuscular facial
parcialmente estaba cubierto
por el elevador nasolabial
y lo más interesante
del músculo
es que si nos fijamos, su extremo rostral
termina en un tendón
que se une al del músculo
del lado opuesto,
de tal manera que los tendones de
los dos músculos elevadores nasolabiales
confluyen en un tendón común
que termina fijándose fuertemente
al labio superior.
La contracción simultánea de estos
dos músculos elevadores
del labio superior va a producir
la eversión del labio.
La elevación completa de este labio
reacción que se conoce con el nombre
o movimiento que se conoce con
el nombre de reacción de Flehmen
una particularidad que
pueden desarrollar
los équidos en distintas
situaciones fisiológicas.
También es interesante este
músculo elevador
elevador
del labio superior
porque estamos viendo que cubre
parcialmente al agujero infraorbitario
y en esta preparación podemos
apreciar la estructura que salía
por dicho agujero, concretamente
el nervio infraorbitario.
Todo esto que vemos aquí
corresponden a fascículos de este nervio o a ramos
de este nervio que recoge
la sensibilidad,
tanto del labio superior
como del ollar. Podemos apreciar
esta preparación
el tendón de origen del
músculo canino,
que, como estamos viendo, ha
separado al elevador nasolabial en los dos componentes
el fascículo labial y
el fascículo nasal.
Para terminar esta parte de la
práctica, podemos hacer referencia
en esta preparación a estructuras
que hemos comentado anteriormente.
Por una parte,
en esta preparación hemos retirado
toda la parte superficial
del músculo masetero, quedando
expuesta la parte profunda
integrada por fibras que adquieren
una posición vertical.
Asimismo, al retirar la parte
superficial del músculo masetero,
podemos apreciar la parte más
profunda o porción molar
del músculo buccinador. Con estas porciones
profundas del masetero y profundo
molar del músculo buccinador,
terminamos de momento la primera
parte de músculos
relacionados con la expresión
facial o mímica y músculos
masticadores.