En último lugar,
se hará referencia a otro elemento
de la historia de suma importancia,
como es la temporalidad.
Preferimos esa terminología,
para diferenciarla del tiempo
en la temporalidad.
Se puede hablar de orden,
y dentro de ella se habla
de Ana Alexis
hacia atrás o tiempo hacia
adelante, y a su vez,
se distingue entre el alcance y
la amplitud de esos viajes.
En el tiempo va hacia atrás, también
se habla de duración
y, en concreto, de cuatro tipologías.
Sumario resumen.
Cómo se produce una escena
o una elipsis
o una pausa descriptiva.
Dentro de la temporalidad también
cabe hablar de la frecuencia;
hablaríamos de un relato singular
cuando se relata una vez lo
que ha sucedido, una vez
Anna cuando relata muchas veces
lo que ha sucedido,
muchas veces o repetitivo
muchas veces
lo que ha sucedido una
vez, o al revés,
las cuando se narra una vez
lo que has tenido.
Muchas veces pasamos a
leer unos párrafos,
en concreto del 13 al 16.
Después de algunos minutos perdida
la esperanza de que el 36
volviera al balcón,
la mujer que se retiró tan bien
como un muerto que en forma
de fuego fatua respira la fragancia
de la noche y se vuelve a la Tierra.
Pasaron unas dos horas de tarde,
en tarde hacia evento,
las escaleras en los pasillos
resonaban.
Los pasos de un huésped trasnochado
por las rendijas de la puerta,
entraban en las lujosas celdas
horribles, con su lujo uniforme
y vulgar rayo de luz que giraban, y
desaparecía, dos o tres relojes
de la ciudad cantaron.
La hora solemnes, campanadas
precedidas de la tropa
eligiera de los cuartos menos
lúgubre, significativos,
también en la fonda,
un reloj que repitió pasó media hora,
más.
También lo dijeron los relojes de
la historia de este cuento.
Sabemos el marco espacial
y también sabemos,
sin marco temporal, una
noche de verano,
más tarde, si nos informara
de que es agosto.
También, un tiempo después,
hasta la muerte de los protagonistas,
el inicio se desarrolla en parte de
esa noche en los balcones a ellos
asisten presente indicativo
como la descripción
y la intervención, primeras
y como lo sucesivo,
hasta la mitad del relato que
abarca la primera noche;
tal es la inmediatez -trámite
transmitida
por ese narrador omnisciente
conseguida en esos momentos
a través de una supuesta
narración simultánea.
Sin embargo,
y aunque no se caiga en laberintos
temporales,
el autor sabrá juzga jugar
con ese factor
de acuerdo con las necesidades
artísticas,
como se va viendo con la tercera
intervención de la mujer ya
se incluye una elipsis que introduce
introducir a un nivel inferior,
con una función explicativa con
esta retrospección solo
nos remontamos un día para
seguir de continuar
con una cronología lineal,
sin complejidades a continuación
se lee,
en mitad de la primera
parte lo siguiente.
De repente desapareció
una cantidad lejana,
produciendo el efecto
de un relámpago,
que se nota después que pasó.
Paso es entonces, cuando
se acude a un verbo
en pretendido indefinido, dando
agilidad al relato,
la misma que lo rápido y efímero
de la oración no muy larga
y que la del propio relámpago,
de la comparación implícita,
al fin y al cabo,
si el tiempo transcurrido durante
el intercambio de pensamientos,
bien podría tratarse de minutos
sino segundos,
se llega a una completa
paralización, con una pausa
descriptiva de la que de nuevo
el cuentista se vale
para habilitar poéticamente el
movimiento temporal escaso
tienen su correspondencia en la
calma de las marcas inscritas.
Así pues, de la pausa se vuelve
a acoger cierto ritmo
justamente para introducir
cierta acción
y con ella cerrar el telón de
la primera parte dice.
Desapareció Cerro hizo, pensó -se
van a ir produciendo más
y mayores saltos.
En el tiempo de minutos
pasamos a horas
y de una hora a dos tras solo
mediante una coma de posición,
como se ha dicho, de manera paralela,
como por medio de la del Hotel del
Águila se logran espacial,
elementos de trabajo y personajes el
tiempo se materializa gracias
al reloj, que no puede sino
cantar metafóricamente,
tocan las horas pero no es solo eso,
lo que sucede esta segunda
parte es también morosa
pero algo más extensa, sobre todo
porque ella se dará a conocer
los personajes mediante
descripciones,
pero también mediante análisis
de bastante alcance,
pues se remontan a la juventud.
Llegado este punto se
ha de recapitular
y el paralelismo buscado entre
ambos personajes terminada
la pausa sobre el motivo del reloj
seguida de la agilización temporal,
se retoma la intromisión
en los pensamientos
del hombre protagonista,
primero para pasar en sillita la
razón de su pasado errante.
Iríamos desde era el reloj
de la muerte,
pensaba la víctima pasando
por iba por el mundo.
Hasta poco a poco.
Entre dormido y despierto
como asociativo,
con la mujer protagonista se
vale el autor del momento
en que aquél escucha, la voz y
vengar con posicional sirve
el párrafo que bascula ese
dúo antes señalado.
El que alternaban las oraciones
respectivas.
Entonces el hombre por la fiebre,
queda medio dormido para comenzar el
mismo movimiento con la mujer;
se narra su pasado,
y se despiertan unos sentimientos
de forma paralela
a la consecución de su sueño,
debido a la fiebre de una
identificación de su dúo
con la música esta partiría
desde la mujer del 32.
Tenía 25 años, pasando
por las dos del 36;
le dio lástima; hasta la del 32
también se quedó dormida.
Entonces, el desenlace comienza
justamente con amaneció.
Poco después el número 36 de
despertó aunque sobre ella recaiga la duda,
como remarca los verbos y los
adjetivos, el número 32,
acaso no lo olvidará?
Así?
Se vuelve a recurrir a dos párrafos
uno para dar para cada personaje,
pero hemos dicho que se con
un párrafo bisagra
que marca el avance temporal una
noche y después algo más;
se añaden otros 2.
En la misma tónica, que
no recuerda así
pero ambos mueren poco después
por su enfermedad, hay,
pues, dos saltos en el tiempo.
En sendos párrafos el
correspondiente al hombre de alcance, desconocido
y el de la mujer de dos o tres años
hasta llegar a su muerte,
el narrador parece desconocer
en ambos casos
el tiempo transcurrido, pero
no la trayectoria espacial
como balance.
Se dirá que la temporalidad
es un elemento que sabiamente maneja
el escritor, el ritmo lento,
marcará el tono agónico,
acorde con los temas
y las connotaciones que marcarán
nuestras sensaciones
irremediablemente trágicas
unos pensamientos
y unas mínimas acciones se solapan
en el inicio de esta historia,
pero Amanece y como bien se dice
desde el inicio del cuento.
Es una historia trágica, la
tragedia, la tragedia de un cuento
cuya modernidad es dilatada,
con su final abierto.
Se cierre la duda no sobre la muerte
sino sobre el recuerdo.
Ahora es el futuro del lector.
El turno del lector.
Para seguir conjetura se acordará
la mujer del 32 del de la 36,
el momento de morir kilos.